Tengo que comprar algo para el intercambio

Angelica Lobato Torres Criterios

Oh sí, el temido intercambio navideño. La mejor manera de sólo regalarle a una persona también puede ser un arma de doble filo. Hay veces (desafortunadamente muy pocas) en que nos ponemos exquisitos e intelectuales y decidimos hacer intercambio de libros. Sí en su intercambio de libros, los participantes pusieron opciones, el lugar donde encontrarlo y hay un límite en el costo no hay problema… A menos que sea un libro imposible de encontrar a la brevedad o totalmente descatalogado. 

Pero hay veces en que sólo ponen, “quiero un libro”, como si fueran calzones; en mi primera nota les comenté que no a todos nos gustan los mismos libros. Pero les haré unas cuantas recomendaciones para regalar y no quedar mal en el intento. 

Para el papá, suegro, jefe, compañero hombre: pensemos en autores más que en títulos. No hay manera de quedar mal con un libro de Gabriel García Márquez, José Saramago o Mario Vargas Llosa. Busquen las ediciones económicas de sus libros más reconocidos. A nadie le cae mal tener una copia de “Cien años de soledad”, “Ensayo sobre la ceguera” o “La ciudad y los perros”. Para un lector más conocedor podemos regalarles algo de Enrique Serna como “El seductor de la patria” o “Sapiens: de animales a dioses” de Yuval Noah Harari. 

Para la mamá, suegra, jefa, compañera: un clásico romántico puede ser bueno “Orgullo y prejuicio” de Jane Austen y “El tiempo entre costuras” de María Dueñas son perfectas para las románticas. También una buena opción son las biografías sobre mujeres empoderadas (odio esa palabra) como: “Yo soy Malala” de Malala Yousafzai o “Mi historia” de Michelle Obama. O biografías un poco más sufridas como “Mujer en papel” de Rita Macedo o “Divas rebeldes” de Cristina Morató. 

Para los adolescentes que nada les gusta, considero importante investigar un poco más sobre lo que les llama la atención, aunque si el libro tiene película, es un gran avance. Que algo se les haga familiar es de gran ayuda para causar curiosidad, no les regalen algo que ustedes creen que deben leer y tampoco algo muy intimidante en cuestión cantidad de páginas. Ni ellos saben que les gusta, así que no se angustien demasiado. Si aun así deciden aventurarse, pregunten a los papás qué es lo que quieren que sus bebés lean. En el mundo de la literatura juvenil hay una línea muy delgada entre lo que es para una niña de 13 o 14 años que lo que es para una casi adulto de 17. En estas historias para jóvenes ya no tan adolescentes, hay amor, desamor, enfermedades terminales, drogadicción y alcoholismo, maltrato físico y/o psicológico, escenas de amor más explícitas que en novelas en la sección de novelas eróticas; investiguen un poco antes de que reciban la llamada del padre o tutor reclamando por la barbaridad que le regalaron al ser más inocente del mundo, y si, hablo de “Crepúsculo” de Stephanie Meyer. 

Para los niños: sin importar que sea niño o niña aprovechen que son curiosos. Para niños pequeños hay libros como “¿Qué son los mocos? Y otras preguntas raras que me hago a veces”. También los libros del cuerpo humano les causan interés, aunque a las mamás de las bendiciones luego les dé susto que sus creaturas vean cosas pornográficas (si, hay mamás que creen que un libro del cuerpo humano es como leer al Marqués de Sade). Y para esos chamacos no tan niños siempre estarán los viejos confiables “Harry Potter”, “Percy Jackson” “Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes” y la saga de “La selección”. 

No está demás siempre tener la opción neutral. Nadie le hace el feo a que le regalen una agenda, así tienen además el propósito de año nuevo de usarla, logro que yo nunca conseguí. También pueden tomarse la libertad creativa de regalar algún libro para hacer algo. Antes de que hubiera tutoriales de YouTube existían libros para hacer cosas. Desde libros para hacer “slime” (si no sabe que es puede comprar un libro para averiguarlo) hasta para hacer muebles de madera. Y por último los llamados libros de mesa, léase aquellos que pones en la mesa de la sala, más para decorar que para lectura, un buen libro de fotografías es también un buen regalo. 

Esta temporada navideña será diferente, veo complicado que haya la cena navideña de compañeritos laborales donde todos nos amamos. Aun así, espero regalen un libro, de cualquier tipo y a la persona que elijan o que les toque. Siempre pongan opciones en su intercambio, háganle la vida más fácil a su Santa secreto y no den oportunidad a que les llegue un regalo inesperado y comprado de último momento.  

angelica.lobato@criteriodiario.com