Como una gran y milagrosa nave espacial

Criterios Jaime A. Romano

¿Alguna vez se han puesto a observar la bóveda celeste?  

Quizás sí lo han hecho, han logrado ver a través de los años el cambio que ha tenido. Y aunque todos los astros siguen ahí, Puebla ha crecido en una forma impresionante, por ende la contaminación lumínica (aquella originada por la luz artificial) es un factor importante en la observación del cielo.  

Aún así, esta semana tuvimos la fortuna de poder observar lo que en algunos medios llamaron “La Estrella de Belén”, la conjunción de Júpiter y Saturno, y así el sur poniente de los cielos Poblanos se vió engalanado con el fenómeno astronómico.  

Recuerdo que la primera vez que tuve la dicha de ver la vía láctea, fue en un viaje a la zona de Libres, y en aquella zona vi la maravilla de la galaxia, un hecho inolvidable y sin duda recomendado para todos, así también he tenido la dicha de ver múltiples lluvias de estrellas, a través de un telescopio he visto la Luna, Júpiter, Saturno, Venus, Marte, entre otros. 

Siendo que nuestra ubicación geográfica (19º 02’ 30” N, 98º 11’ 48” O) es privilegiada, que hemos sido dichosos de ver tantos fenómenos desde nuestos hogares.  
 
Algunos quizás recordemos el gran eclipse de México en 1991, u otros recordemos todos los eclipses lunares que hemos presenciado, infinitas lluvias de estrellas. No es casualidad que aquí se haya instalado el gran telescopio milimétrico, en la zona del Pico de Orizaba.  

Así para los que somos curiosos de Puebla, podemos detectar que hay varios edificios los cuales tienen cúpulas de observatorios, el Carolino siendo uno de los de más renombres, no sólo por su ubicación en pleno Centro Histórico de la Ciudad, sino también por haber sido una donación de Don Porfirio Díaz (quien curiosamente habría escapado de la prisión ubicada en ese edificio años antes), o el legendario telescopio del Instituto Oriente, por el cual quienes fuimos dichosos pudimos observar varios astros, así como gracias a un gran maestro (Pepe Mellado) aprendimos desde los campos la ubicación de diversas constelaciones, como Cáncer, la Osa Mayor y la Osa Menor, Orion entre otras.  

Es así que los invito en estos últimos días del año, a dirigir su mirada al cielo de Puebla, disfrutando el infinito celeste, apreciando la magnificencia del espacio y de lo que nos ofrece el mismo, y de la dicha de viajar en esta nave espacial que es nuestra canica azul.  

jaime.aguilar@criteriodiario.com