Curioso como después de Navidad, la gente empieza a pensar en el año nuevo cómo un cambio de vida, cómo si después de casi morir asfixiado con las 12 uvas, (por cierto, siempre carísimas), todo volviera a empezar. Este año es un caso especial, creo nadie inició este año pensando en la situación en la que nos encontramos, desde hace al menos 9 meses queremos que el 2020 termine y todo vuelva a la normalidad. Pero como todos los años, esto no va a pasar.
No puedo evitar recordar como hace unos años, cuando se supone que iba a ser el último de los años de “El fin del mundo” conocidos, las librerías se vieron saturadas de libros que hablaban de las teorías de mayas y numerología. Lo mismo esperábamos del 2000 y así durante toda la historia. Siempre esperando que el mundo acabe sin importar el huso horario en que nos encontremos. Decepción total cuando el fin no llega.
Otra cosa que se relaciona al inicio del año, son los libros esotéricos. Cada año se compran muchísimos libros sobre el horóscopo chino o los ángeles. Ya sé, podrían pensar que es charlatanería, pero he encontrado que la mayoría de las personas que compran estos libros cada año, son las personas más amables que puedes encontrar. En el caso del horóscopo chino, la mayoría de las veces el libro te da una descripción de tu horóscopo, que siempre al leerla dices “sí, soy yo” y ya después empiezan a darte los pronósticos del año. En mi caso, los leía y con mi memoria de 10 minutos, para el día siguiente ya no recordaba nada. De los libros de los ángeles no les puedo dar demasiada información, nunca pude checar uno de esos libros ya que se agotan inmediatamente. Supongo que un poco de ayuda y esperanza nunca es malo.
También está “El Calendario del más Antiguo Galván” el cuál es un pequeño libro lleno de información, el santoral, las fases lunares, eclipses, efemérides, etc. Esta pequeña publicación, totalmente mexicana, se edita desde 1827 y es una tradición que creo podemos seguir teniendo.
Otra hermosa tradición en la librería donde trabajaba era el calendario de pared. Siempre carísimos, pero un regalo que yo considero útil, además quien se puede resistir a ver la carita de un hermoso perrito o gatito en el mes de tu nacimiento. Por alguna extraña razón, este es el producto en que la gente suele tratar de regatear en las librerías. ¿Por qué alguien pediría en una tienda formal un descuentito? O ¿Cuánto es lo menos? Fenómeno que jamás entenderé.
Por último quiero hablar de la agenda 2021. Primero recuerdo las agendas de la editorial Isef, la agenda mercantil, laboral, la fisco-agenda, etc. Las reformas a las leyes que aunque deberían de estar disponibles en todo momento, pero que empiezan a llegar en Marzo y seguramente en un par de meses serán obsoletas a menos que tengan un código que permite tener acceso electrónico a las actualizaciones. Extrañamente son esas agendas, las que siempre tienen diferencias de inventario… Por robo… Robar las leyes y normas… Es muy peculiar.
El propósito de año nuevo que llevo al menos 25 años tratando de cumplir es elegir y usar la agenda correcta. Veo generaciones y generaciones emocionándose por tener o comprarse una agenda y en verdad prometerse que la usará. Pero nunca es la agenda correcta: los números son pequeños, el espacio es muy reducido para escribir, no tiene estampitas, es muy pesada para llevarla en la bolsa. Es muy complicado.
Como sea, espero que sepan que el próximo año será complejo, tristemente las cosas no cambian de un momento para otro después de las 12 campanadas. El 2020 nos cambió de demasiadas maneras y muchas de ellas se mantendrán para siempre (espero entre ellas este la maravillosa distancia social). Les deseo a todos un año 2021 decente, que todos los que iniciamos este año lo terminemos bien y con mucha salud. Y espero puedan seguir leyéndonos durante todo el 2021. ¡Salud!
angelica.lobato@criteriodiario.com
