La cómoda Glosa

Criterios Josimar Alejo

El Poder Legislativo tiene entre sus principales funciones ser el contrapeso a los otros dos poderes. Cada uno de estos cuenta con las atribuciones específicas para equilibrar el ejercicio de gobierno y, que este, sea en mayor medida en favor de los ciudadanos. 

Ese control se puede ejercer de diferentes formas y momentos. La que nos ocupa es el ceremonial del informe del Ejecutivo ante el Legislativo. En nuestro estado, esa oportunidad se materializa cuando el gobernador asiste al Congreso del Estado a informar sobre el estado que guarda la administración pública. El evento, por su formato y desarrollo termina siendo más protocolario que sustancial, es decir, poco productivo para la mejora del desempeño del gobierno. 

El ejercicio insuficiente (lo es en tanto no se ha visto en la historia reciente señalamientos puntuales y seguimiento a las actividades del ejecutivo por parte del legislativo o, en su caso, son aislados y pocos ese tipo de esfuerzos) podría ser complementado con la glosa del informe. 

La Glosa es el conjunto de comparecencias de los titulares de las dependencias ante el Poder Legislativo. Y de acuerdo con la Ley Orgánica de este poder, mediante sesiones subsecuentes es como se “analiza” la información que en su informe entregó el Ejecutivo. Incluso, en estricto sentido, no se debería llamar glosa, si no que sólo es el “análisis” que del referido informe se hace al interior del Legislativo. 

Como complemento de esta normativa interna (muy laxa) el Legislativo, por medio de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, emite un Acuerdo para el desarrollo de las “comparecencias”. Sí, el acuerdo sobre uno de los momentos más importantes de rendición de cuentas del Ejecutivo hacia la representación popular no es producto de una construcción integral por parte de todas las y los diputados, sino que, las condiciones y lineamientos, son determinados por los líderes de cada grupo legislativo en un órgano colegiado, desplazando con ello a sus pares. Materializándose así el primer “candado” para efectuar las comparecencias. 

El segundo candado lo encontramos en que, de unos años a la fecha, se inauguró la malsana costumbre de determinar que algunos (as) titulares de las dependencias comparezcan ante el Pleno y otros (as) únicamente ante Comisiones. ¿Se da por sentado entonces que existen funcionarios de primera y de segunda, a pesar de que están en el mismo nivel jerárquico en cuanto a la Ley Orgánica de la Administración Pública? Por otro lado ¿Se da por sentado en consecuencia que solo algunos legisladores pueden tener acceso a ciertas comparecencias y otros no, a pesar también de que son pares? ¿Por qué no hacer todas las comparecencias ante todos los legisladores? ¿Acaso no todos tendrán algo que preguntarle a las secretarias y secretarios?

Se dirá acaso que este tipo de lineamientos tienen su razón de ser en el poco tiempo en que se quieren efectuar las comparecencias de la glosa. ¿Se ha explorado la posibilidad de extender esa temporalidad? Hoy en día, se quiere desahogar en una semana la rendición de cuentas de todo un año. Hoy en día, 18 secretarios rendirán cuentas en 6 días. Hoy en día, se pretende rendir cuentas de una dependencia en promedio 3 horas. 

Es claro que, el ejercicio de rendición de cuentas es apresurado, por no decir atropellado. 

Vamos más allá. El Congreso del Estado, en ánimo de transparentar sus actividades seguramente estará transmitiendo en vivo por Youtube (por ejemplo), las comparecencias. En dado caso de que una comparecencia ante comisiones dure más de lo estipulado (3 horas) y se tenga que dar comienzo a la siguiente (programada para el mismo día). ¿Qué elegirán transmitir los diputados? ¿A qué comparecencia le darán prioridad? ¿En donde queda el ciudadano interesado en, al menos, visualizar dichos ejercicios de rendición de cuentas? ¿Hay ya dos canales de Youtube para tal efecto? O ¿acotarán los tiempos para cuadrar todo al formato y no al fondo del ejercicio? Todo ello, tomando en consideración que el ciudadano de a pie, en estos momentos, no tiene como “presenciar” este tipo de ejercicios; es decir, no hay manera de garantizar la publicidad de estos si no se hace por algún medio de comunicación masiva o en internet. 

Hasta aquí los candados de un dudoso ejercicio republicano de rendición de cuentas. Este tipo de intercambios entre poderes están encaminados a fortalecer el ejercicio de gobierno. En un esquema de Parlamento Abierto deberíamos estar presenciando la construcción de mecanismos que le permitan a la ciudadanía ejercer su participación en la mejora continua de su contexto a través del cuestionamiento y ¿por qué no?, colaboración para con la autoridad. 

¿Abrió el Congreso una especie de buzón para recibir las dudas o críticas de las poblanas y poblanos con respecto a este segundo informe del ejecutivo? ¿Se ha explorado un formato que fortalezca y brinde espacios de participación al ciudadano en las comparecencias?    

La segunda alternancia en el Congreso del Estado debe significar una oportunidad de acabar con formas anquilosadas de ejercer las funciones legislativas. Formas que sólo han abonado a una mala imagen y prestigio de este Poder. De lo contrario, el paso de este cuerpo legislativo y su mayoría no habría tenido sentido alguno, en detrimento de un mayor acercamiento entre representantes y representados.

La Glosa entonces está condenada a ser una comodidad para el Ejecutivo y una simulación para el legislativo. Confiamos en que no siempre sea así. 

Estamos pendientes…

josimar.alejo@criteriodiario.com