Lo que olvida el IMACP: breve historia del Teatro popular José Recek Saade

Criterios Fadia Márquez Cabrera

En el contexto mexicano actual, contar con espacios que brinden actividades de fomento de la cultura y el ocio saludable es fundamental para atender a las poblaciones más vulnerables y los espacios con altos índices de delincuencia.

Tanto juventudes, infancias y diferentes grupos etarios requieren hacer ejercicio de sus derechos culturales como parte del acceso al aprendizaje, el desarrollo y el acercamiento a las artes.

Sin embargo, ¿Qué ha sacudido la opinión publica en diversas notas periodísticas, publicaciones y difusión recientemente respecto a las políticas culturales en la Capital poblana?

En resumen, una vez más ha sido poco escuchada la comunidad, resulta ser que un espacio cultural que “caminaba solo”, de un momento a otro las autoridades municipales del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP) decidieron eliminar talleres que habían estado brindando atención durante años a las y los ciudadanos. 

Excluyendo así a través del despido a maestros, talleristas y básicamente la comunidad que han trabajado por el rescate, cuidado y difusión del Teatro popular “José Recek Saade” durante varios años.

En ese sentido, aquí una nota que trata de resumir la relevancia y autogestión de este espacio cultural.

En principio, no debe olvidarse que los barrios poblanos materializaron históricamente barreras para la marginalidad y la exclusión social de los indígenas. Xanenetla, El Alto, Analco, Xonaca y la Luz, forman parte de la zona se sitúa el cuadrante del teatro “José Recek Saade”.  

Por tanto, el espacio ubicado desde sus inicios fungió como “Teatro popular” con el objeto de la difusión de la cultura, esa fue la intención de su fundador, el poeta, dramaturgo y pintor de ascendencia libanesa José Recek Saade en 1958 (Gutiérrez,G. 2001). 

¿Qué ocurrió después? Funcionó algunos años después de su creación, mientras que décadas más tarde, pasó al olvido hasta el rescate del espacio en el 2001 a cargo del departamento de grupos vulnerables de la Secretaría de Desarrollo Social, donde justo se visualizó en el teatro un espacio pertinente para disminuir la violencia en los alrededores. Básicamente el “Teatro José Recek Saade”, ha sido un espacio olvidado por el Estado, donde con un mínimo presupuesto se dice que se atienden a las poblaciones de esa zona. 

Durante años, las condiciones físicas del teatro han pasado por diversas remodelaciones donde la presión de la comunidad hacia la administración en turno, han dado como resultado en la actualidad un espacio más decente para que las personas acudan a clases y presenten sus trabajos. 

Sin embargo, el “Colectivo del Teatro del Puente” consolidó y fue un punto irruptor para el mantenimiento del espacio, el cuidado del inmueble, recuperación del espacio, el apoyo ante la delincuencia, la resistencia cuando se hablaba de desaparecer el Teatro, la gestión y difusión de actividades. 

Han colaborado con proyectos de otras causas ciudadanas como el “Ándale” y la semipeatonalización, proyectos de cortometrajes, periodismo, proyectos académicos entre otros.

En la esfera regional, participó en un Festival Latinoamericano llamado “Cultura Viva en Comunidad”, cuyo objeto es enlazar a los colectivos y trabajos comunitarios que desde las artes u otras disciplinas tratan de atender problemáticas sociales como la pobreza, la desigualdad y la violencia. 

El teatro ha sido sede de eventos como el Festival “Barroquísimo”, el Festival “5 de mayo” entre otros. Quizás una fecha donde el Teatro (antes de la pandemia) es un punto visible de festividad y comunidad es cada Día de Muertos con la “Procesión Tamalista”, donde la música, las catrinas gigantes y la comunidad se reúne año con año. 

En concreto, el “Colectivo el Teatro del Puente” con su trabajo en el Teatro es un claro ejemplo de acción colectiva traducida en resultados tangibles en el espacio y en expresiones rituales de tradición de la comunidad de los barrios de Puebla, es de los proyectos con más solidez encaminados a los derechos culturales en el municipio. 

Espacios como el Teatro “Recek Sasade” son necesarios ante el terror y la violencia del contexto mexicano, las artes dan un respiro y quizás ahora más que nunca nos parece necesario ante el confinamiento la presencia del arte como necesidad humana.

Quizás no es simplemente el Instituto que articula las políticas culturales en el municipio, sino el entendimiento general de cómo se instauran políticas sin la escucha de a quienes se dirigen ni la empatía de las necesidades reales, malestares que siguen siendo parte de las formas de hacer política. Sea derecha o sea izquierda, los últimos siguen siendo los ciudadanos. 

fadia.marquez@criteriodiario.com

Referencias

  • García Gutiérez, J. F. (2001). Semblanza sobre un poeta poblano poco estudiado. México: Universidad Anáhuac del Norte.  Recuperado el 4 de diciembre de 2018 de: https://www.academia.edu/35872937/El_poeta_Jose_Recek_Saade_1923-1970_