“El vino, mientras más se envejece, más calor tiene”
(Lope de Vega)
En los últimos meses o años, se escucha hablar de una nueva tendencia y color en los vinos que de conocerse blancos, rosados y tintos, hoy también los tenemos azules y naranjas. De los azules no voy a hablar en esta columna y no sé si lo haga en algún momento porque aún no les encuentro la gracia, pero el vino naranja si es interesante y muchos nos preguntamos; ¿cómo hacen este vino naranja?, ¿de qué uvas proviene?, ¿se le adiciona algún químico para obtener este color?
Lo primero que debemos saber es que se les denomina naranja por su color, no por su materia prima, es decir que este tipo de fermentados son elaborados al igual que el resto de los vinos tranquilos a partir de uva (vitis vinífera), la cual debe ser blanca por lo que podríamos decir que tenemos un vino blanco que no es blanco. El vino naranja es un híbrido del blanco y el tinto; se elabora con la uva del primero, pero con técnica del segundo.
Un vino blanco regular se elabora con la pulpa de la fruta y las pieles pueden o no estar involucradas, si lo están es por un breve periodo de tiempo, en donde no da lugar a una posible oxidación. Por lo contrario, el proceso de los vinos naranjas es: una vez cosechadas las uvas, son prensadas y maceradas a bajas temperaturas con sus pieles para extraer color, mayor expresión aromática y sobre todo estructura tánica, siendo esto último lo más característico de un tinto.
Podemos pensar que es algo revolucionario, que probablemente sea un estilo de vino del nuevo mundo en donde al no existir una legislación podemos aventurarnos a realizar cosas diversas, nuevas y divertidas, pero no es así, este estilo de vinos nace en Georgia, en el Cáucaso, coincidiendo con el nacimiento del vino hace más de 6,000 años. Este caldo naranja no es una innovación, es por el contrario el estilo de fermentado de uva más antiguo que se conoce, menos refinado y tecnológico, pero mucho más artesanal.
El vino naranja surgió hace miles de años por la falta de conocimiento y tecnología de la época, el color surge a partir de la oxidación de las pieles, es decir que si hoy en día volvemos a elaborarlos es regresar a los inicios, Back to basics y esto es gracias al romanticismo de enólogos jóvenes, bohemios y emprendedores que nos remontan a esa época con la gran diferencia de los conocimientos avanzados y tecnología con la que en la actualidad se cuenta, logrando así rescatar el concepto y crear buena propuestas.
Por su amplia expresión aromático y su compleja estructura son ideales para combinar con quesos, mariscos, carnes blancas, paellas o platos con salsas más pesadas a los que normalmente acompañaríamos con tintos. Son vinos para los que gustan del whisky o el cognac por su similitud de aromas y sabores.
Son vinos interesantes, con notas aromáticas vegetales, tanicidad media como un tinto pero una buena acidez como cualquier buen vino blanco, son las principales características de un vino naranja.
Les recomiendo probar el vino naranja de Casa Madero, será difícil encontrarlo en tiendas, pero pueden pedirlo en línea, a mi juicio un vino interesante, elegante, expresivo y versátil. Otros vinos naranjas mexicanos que puedes probar son: Vena Cava ámbar, Rivero González Naranja, Henri lurton y Dos Búhos Anaranjado.
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