El asesinato de Madero

Criterios Pablo Aréchiga Fernández

El asesinato de Madero es uno de los símbolos más grandes de cómo la ambición y la falta de escrúpulos de algunas personas pueden superar la voz de la mayoría del pueblo, de que los instrumentos que supuestamente se crearon para defender la voluntad popular, pueden ser usados en contra de la gente para satisfacer los deseos de unos cuantos.  

Dice Francisco Ignacio Taibo II en “Temporada de Zopilotes (uno de mis libros favoritos y a mi juicio, de los mejores del mismo autor), que es necesario separar a los villanos de los lugares comunes que les da la historia oficial, pero que en el caso de Huerta eso no es posible, pues el estereotipo que le asignó la historia del traidor cruel sin escrúpulos que creó todo tipo de intrigas y alianzas oscuras para ganar el poder, después de haber masacrado a los mayas e intentado fusilar a Villa por una poco confiable insubordinación, es bastante cierto.  

La figura de Huerta supera incluso a la de los otros 5 militares que se sublevaron en contra de Madero, Generales del régimen porfirista (entre ellos Bernardo Reyes y Félix Díaz “El sobrino de su tío”) que hicieron una conspiración para dar el Golpe de Estado en aras de regresar al poder, luchando contra un Madero desgastado y dividido, que al mismo tiempo estaba peleando contra aquéllos que pelearon por llevarlo al poder, como Zapata y Orozco. 

Si a la fórmula le agregamos que la conspiración contra Madero, se dio en complicidad con buena parte de los empresarios, los hacendados más poderosos del momento, el embajador de Estados Unidos a cambio de negocios personales, y buena parte de los militares de alto rango involucrados, así como la cadena de intrigas y traiciones de muchos involucrados de esos 10 días de enero de 1913 que entre otras cosas, generó un innumerable número de víctimas, la tortura de su hermano Gustavo y una de las fotos más famosas de la revolución, que muestra a un niño soldado de no más de 15 años con carrilleras y una carabina. 

Sin embargo, los momentos más difíciles de la historia también tienen héroes que tarde o temprano hacen justicia: desde luego el Gobierno de Huerta no duró más de año y medio y cohesionó a casi todos los actores de la revolución en su contra que quedaron lastimados del ataque y el cobarde asesinato de Francisco I Madero, quien pasó a la historia como el incrédulo idealista que pensó que la voluntad del pueblo prevalecería y le salvaría la vida, en tanto que Huerta murió exiliado y con delirium tremens a causa de su alcoholismo.  

Desde entonces hemos creado leyes, instituciones, partidos políticos y algunos símbolos como la marcha de la lealtad cada febrero para respetar a los ganadores de las contiendas democráticas que representan al pueblo. Sin embargo, prevalece un grupo de ambiciosos que utilizan todos los medios a su alcance a cambio de satisfacer sus intereses a cualquier costo.  

Como un dato ilustrativo extra, se dice Doña Zara esposa de Madero, para poder pagar el entierro tuvo que vender su caballo, ¿Se imaginan a la esposa de cualquier Ex presidente o Ex gobernador contemporáneo sin tener dinero para enterrar a un difunto? Imposible.  

@pabloaréchiga