Qué levante la mano el que no crea que un arquitecto es un lujo. Definitivamente contratar servicios profesionales de un arquitecto, un ingeniero civil, o un profesional de la construcción es algo que muchísima gente trata de ahorrarse, ya que representa un gasto muy importante. Estamos conscientes que uno de los gastos más trascendentes en la vida de las personas es la compra de una casa, y cuando los recursos son limitados se entiende que haya un deseo por ahorrarte trabajos, materiales o decoraciones que puedan impactar en tu bolsillo. Es por eso, que mucha gente opta por hacer su propia casa, lo cual es algo muy válido y honorable. Últimamente he visto varias publicaciones de gente que orgullosamente levanta su propia casa, con sus propios medios, porque tiene la fortuna de conocer a un albañil, que conoce a un eléctrico, que le recomendó a un plomero, y así cada parte del equipo se va formando para poder hacer esa casa realidad. También he visto a varios propietarios solicitando ayuda para resolver errores y “detalles” que van surgiendo en la marcha de la construcción de su propia casa. Desgraciadamente, hay un gran porcentaje de personas que les hacen ver que, justo esas son las consecuencias de quererse ahorrar al arquitecto.
Como arquitecto vengo a darles una sugerencia para sacarle provecho a la función de la profesión sin necesidad de sentirse timados por los costos que les representa. Primero que nada, hay que entender que los constructores cobran honorarios que normalmente son un porcentaje en función al costo de la obra, regularmente entre un 10% hasta un 15% dependiendo de varios factores como la experiencia, el alcance, la garantía, el prestigio. Un margen de ese tamaño es muy decente si lo traducimos a los productos que de por si consumimos. Si el café que te compras a diario que antes te costaba $30 pesos, ahora te cuesta $33, tuvo un incremento de ese 10% pero seguramente es imperceptible. En cambio, relacionar que un arquitecto va a cobrar $100mil pesos por hacerte una casa de $1millón de pesos, suena a un abuso. Créeme amigo, no lo es. Es muy probable que acabes gastando más de ese millón si lo haces por tu cuenta.
Ahora sí, la clave para ahorrarse al arquitecto de la forma inteligente. Entendamos que el arquitecto es un maestro de ceremonias, que tiene la visión conjunta de toda la orquesta para llegar al sueño final que es tu propia casa. Entre más involucrado esté, el costo de su servicio será mayor. Eso significa que hay formas de hacer que el arquitecto no se involucre tanto en tu proyecto sin tener que prescindir de él. Si tu le pides a un arquitecto que haga visitas semanales, quincenales o en la periodicidad que se necesite para revisar los puntos críticos del avance, les puedo asegurar que no va a costar ese 10% que todo mundo contempla. Ese pago es solamente por la supervisión y consultoría, teniendo en cuenta que el cliente hace todo lo demás: consigue los equipos de trabajo, les paga, cotiza y busca los materiales necesarios para su obra, coordina los tiempos de entrega de esos materiales, investiga los acabados que quiere en su casa, los compra y los recibe, administra las notas de las compras y los pagos realizados. Básicamente estarían pagando por la pura experiencia del arquitecto como constructor, lo cual es mucho más recomendable que hacerlo por su propia cuenta.
Si Usted, amigo autoconstructor, no tiene el tiempo para poder llevar a cabo el control y la administración de la construcción de su casa, pues hay un punto medio en donde el arquitecto podría ayudarlo a programar, administrar y controlar los tiempos y costos sin necesidad de que se haga cargo del equipo entero de la construcción, ni de las compras de insumos. Espero que a estas alturas empiecen a notar que el costo del arquitecto va en función al tiempo que le invierte en todas las tareas detrás de la simple construcción de la casa para que se pueda llegar a la fecha ideal, el costo ideal y el diseño ideal.
El arquitecto es entonces una herramienta para garantizar que tu proyecto saldrá con la calidad que necesitas. No es un gasto indispensable, pero sí el más recomendable. Muchos de ustedes se preguntarán entonces ¿Si lo necesito para realizar cualquier tipo de intervención inmobiliaria? La respuesta depende de la complejidad. Recuerden que detrás de un arquitecto hay normalmente un equipo de contratistas de su confianza, y el costo de que el arquitecto se involucre es básicamente por el visto bueno que él les da, de cierta forma es una garantía. Aquí también hay formas de ahorrarse al arquitecto, y se los puedo explicar con ejemplos muy concretos.
Si lo que tienes proyectado es construir una recámara extra con su baño en la casa donde ya vives, se recomienda que contrates un arquitecto ya que se involucran diferentes especialistas (albañil, plomero, eléctrico, herrero, aluminiero) y es importante que todos tengan una cabeza al mando con experiencia que los coordine. Pero si lo que quieres hacer, es ponerle un techo a tu patio de servicio, no necesitas a un arquitecto. Lo que tienes que buscar es a un herrero o aluminiero que te coloque el techo, o a un albañil en caso de que quieras hacer el techo colado. Es una tarea tan simple que el arquitecto sale sobrando. Si quieres pintar tu casa, o ponerle un piso nuevo a tu cocina, o cambiar las llaves de tu baño, son tareas de una sola persona que no necesitan la supervisión compleja del arquitecto, con que consigas al mejor postor en el oficio necesario es más que suficiente. Siempre va a ser recomendable solicitar la opinión del arquitecto, pero no necesitas que él vaya a supervisar un trabajo de una sola persona, cuando lo podrías hacer tú mismo.
Si no conoces a ningún albañil, pintor o plomero, acércate a tu arquitecto para que te recomiende a los que son parte de su equipo. Si no tienes tiempo de supervisar, administrar, comprar insumos y coordinar gente, acércate a tu arquitecto que felizmente lo hará por ti. Si cuentas con todo lo antes mencionado, ahórrate al arquitecto, y asume las consecuencias.
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