Todos los poblanos conocemos la denominada “Octava maravilla del mundo”, o por lo menos ese es el nombre que Fray Diego de Gorozpe le daría a la Capilla del Rosario ubicada en el templo de Santo Domingo en la ciudad de Puebla.
En otra ocasión, ocupé este espacio para plasmar mi admiración sobre lo que “La Casa de Oro” resguarda, lo que significa y en lo que la han convertido. Sin duda cada cuadro, cada relieve de estuco, cada figura, cada mosaico merecen ser estudiados y resaltados, pero en este momento quiero hablar de la otra capilla (ahora templo) que cuenta de igual manera con una riqueza ornamental incomparable.
Como el tesoro al final del camino, este templo se encuentra si salimos de la Capilla del Rosario, tomamos la 5 de Mayo y descendemos sobre la 6 oriente, encontraremos en la esquina con la 4 Norte: el Templo de San Cristobal.

Así como lo apreciamos en la imagen, la belleza de las “Torres Niñas” nos invita a explorar este templo (El nombre de las torres se le dio ya que en el Centro Histórico, entre las iglesias del siglo XVI y posteriores, estas torres son las más jóvenes. Esto debido a que fueron destruidas en el Siglo XIX y reconstruidas en la década de 1950).
El templo surgió a partir de la necesidad de contar con una capilla para el hospital de niños expósitos que se ubicó sobre la 4 norte y el nombre del templo se tomó a partir del hombre que donó los recursos para la fundación de dicho hospital, Cristobal de Rivera.
El sobrio pórtico nos presenta un gran trabajo de cantería en las columnas que flanquean la puerta y sobre la puerta, bajo la ventana del coro un bellísimo relieve que muestra al evangelista San Juan, visualizando a la Virgen del Apocalipsis mientras escribe dicho libro.

Ahora, el poder apreciar las maravillas que este templo resguarda es un poco complejo, ya que no se encuentra abierto comunmente, pero sin duda es un espacio que vale la pena visitar.
Al entrar podemos admirar un San Cristobal, que como cuenta la leyenda era un hombre muy grande, así que la efigie que encontramos del Santo Patrono de este templo le hace honor. Quizás equiparada a la que podemos encontrar en el Museo Regional de Puebla por parte del INAH en la zona de los Fuertes. A partir de ese espacio, en el sotocoro podemos observar la magnífica obra de manufactura en los techos, donde un increíble trabajo barroco decora los mismos. Con caprichosas formas que se entrelazan entre sí la decoración de esta nave es de admirarse.
Al llegar a la cúpula principal del templo podemos observar en el centro una hermosa figura de la Virgen María en su advocación de la Inmaculada Concepción, rodeada por un coro Angélico y por Santas.
Quizás de admirar también es el altar Neoclásico que tiene el lugar de honor en este templo, donde se encuentra una imagen de la venerada Virgen del Rayo, quien se veneraba de origen en ese templo, previo la construcción de su iglesia en la Colonia Santa María.
En verdad, si tienen la oportunidad y encuentran este templo del centro de Puebla abierto, entren y descubran la maravilla y el tesoro que guarda, posterior a su visita pueden consentirse con un dulce en la 6 oriente, en su dulcería de preferencia.
@JimboRomano