Oficinas Post-Covid

Criterios Enrique Acuña González

Una crisis es un detonante de oportunidades, una ruptura de paradigmas. En los 70´s las fábricas dieron pie a una de las configuraciones de más moda en el mundo inmobiliario, y justo hablamos de ello la semana pasada. ¿No lo leíste? Aquí te dejo el link.  

Uno podría adivinar, entonces, que en esta nueva crisis del 2020 podría pasar algo similar. Espero que esta semana hayan tenido un pequeño momento para reflexionar sobre el futuro de los inmuebles en un mundo que demanda más salud, descubrió el teletrabajo y las compras en línea, y está empezando a tomar más conciencia sobre el medio ambiente. 

Si han podido salir de sus casas, a pasear en su coche a las afueras de su colonia, podrán percatarse que los anuncios de “se renta” se han multiplicado. Los pequeños negocios que antes reconocíamos camino a casa han desaparecido. Pareciera que es el principio de una película apocalíptica, ¿Cierto? Si somos más observadores notaremos que lo que se renta son locales comerciales en primer lugar, luego espacios de oficina y por último vivienda. A diferencia de la crisis del 2008, esta vez el problema no es inmobiliario. Según algunos expertos en el tema, la demanda de vivienda, crédito hipotecario y terrenos no ha caído a pesar de la crisis económica. Al contrario, las estrategias del banco central al bajar las tasas de interés en los créditos hipotecarios han impulsado que este sector no se venga abajo en picada.  

El problema, entonces, no es la adquisición de vivienda nueva o usada. El problema es el gran cambio que está pasando en el sector industrial y los servicios. Ya hay varias empresas grandes que se están viendo muy beneficiadas por los buenos resultados de sus empleados al trabajar en “home office”. Si pensamos que el 50% del personal puede trabajar desde casa, significaría que las empresas van a necesitar menos espacio para operar. Si ellas están rentando, significaría un ahorro muy considerable para sus estados de resultados. A partir de ahí es en donde empieza la migración.  

Los grandes corporativos que rentaban pisos enteros de edificios, ahora van a recortar este espacio. Los que tal vez rentaban un piso, rentarán el 70%. Y así sucesivamente hasta llegar a las pequeñas empresas que rentaban una oficina para 4 o 5 empleados. Para ellos ya había solución, por eso se inventaron los espacios de Coworking. Por lo tanto, podríamos asumir que estos espacios tendrían más demanda. 

Especialistas sugieren que la tendencia hacia una mejor cultura laboral, un mayor bienestar del trabajador podría apuntar al surgimiento de “oficinas satelitales”. En vez de que tener un corporativo gigantesco para concentrar a todo tu personal, rentas espacios más pequeños dispersos en las zonas clave de la ciudad desde donde se puedan llevar a cabo reuniones, juntas importantes, atención de clientes potenciales, archivo de información de la empresa. Podremos estar todos muy felices por la comodidad que es levantarse 30 minutos antes de la hora de entrada al trabajo porque ahora lo hacemos desde casa, pero no me dejarán mentir que muchos extrañan esa pequeña escapada para ponerse al tanto de la vida del compañero, actualizarse con el chiste local del día, un cafecito para descargar energía con un par de carcajadas para seguir trabajando. Es por eso que se piensa en que la modalidad podría ser híbrida: una parte home office, otra parte oficina presencial. 

Pero regresando al punto de los cambios de paradigmas, regresemos al ejemplo de la semana pasada en donde la crisis de los años 70´s generó el surgimiento de los famosísimos “lofts”. Esta vez lo que tenemos son montones de locales comerciales cerrados, plazas comerciales que prefieren dejar vacío un espacio a bajar el precio de su renta, edificios de oficinas a la mitad de su capacidad, y sobre todo Starbucks llenos de emprendedores y juntas de negocios. Es muy difícil predecir el futuro sobre todo cuando depende de un sistema muy complejo de variables, pero podríamos intuir que los locales comerciales ya no serán como los conocemos en poco tiempo.  

A raíz de la pandemia la gente ya está cableada para buscar espacios que les garantice buena ventilación y convivencia con un espacio exterior. Lamentablemente la oferta de locales es todo lo contrario, ya que fueron pensados para almacenar mercancía. No creo que haya una migración de la vivienda a las oficinas, ni a los locales comerciales. En los 70´s el principal motor de este cambio fue económico, la renta de una fábrica bien ubicada era mucho más conveniente que la renta de un departamento, y con mucho más espacio disponible. En este caso tenemos rentas que superan por mucho el de una vivienda. Si no me creen, piensen un poco y recordarán el negocio de algún conocido que está establecido en una casa que adaptaron para ser oficina. Hay una cantidad de departamentos adaptados para ser consultorios, despachos y salas de juntas que ya hasta parece ridículo hacer edificios de oficinas. 

Definitivamente el uso mixto se va a ver muy afectado, y la forma de diseñar casas para venta ahora van a incluir las necesidades de una gran porción de la población que trabajará desde casa. Habrá muchas casas que no cuentan con el espacio necesario para hacerlo, y tendrán la decisión de invertir en una adaptación para que así sea, o buscar algún lugar cercano y cómodo para llevar a cabo las tareas laborales cotidianas. Es curioso como en los fraccionamientos se siguen ofreciendo áreas comunes como albercas, gimnasios y juegos infantiles, cuando tal vez la mayor demanda estaría en un espacio de trabajo amplio al aire libre para la gente que hace home office. 

En resumen, no creo que empecemos a vivir en plazas comerciales abandonadas, pero si creo que los locales comerciales y las oficinas como los conocemos tienden a transformarse para responder a este nuevo paradigma Post-COVID. 

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