El aeropuerto ganador, cancelado

Criterios Enrique Acuña González

Imagina que le mandas a hacer tu casa a uno de los arquitectos con más prestigio de la zona. Sus referencias, su portafolio de trabajos, una amplia gama de proyectos con menciones nacionales lo respaldan. Definitivamente, el diseño arquitectónico de esa casa será muchísimo más costoso que lo que un arquitecto promedio te pueda cotizar. Podríamos debatir que la creatividad no tiene nada que ver con el reconocimiento y la fama del despacho, ya que hay miles de arquitectos allá afuera con grandes cualidades creativas, esperando a ser reconocidos por su gran ingenio y propuestas. Pero sí es un hecho que la probabilidad de que tu casa sea una obra maestra de la arquitectura moderna, es muchísimo mayor si contratas a un arquitecto que tiene una amplia trayectoria de proyectos ganadores. 

En este caso no estamos hablando de un arquitecto prestigioso de la zona. Desde que se presentó el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), la comunidad de arquitectos y el mundo en general, tenían puestos los ojos en la siguiente obra maestra del Arq. Sir Norman Foster. En conjunto con el Arq. Fernando Romero, tenían un concepto espectacular sobre la concepción, desarrollo y planificación del magno proyecto. En el pasado les platiqué un poco de las grandes maravillas en las que está basado el proyecto y cómo se diferencia con el que actualmente se está construyendo en Santa Lucía. 

Era muy evidente que el proyecto tenía promesas de innovación, una referencia mundial para el transporte del futuro. Claro que iba a ser un proyecto costoso. Les recuerdo que tenía contempladas varias fases de construcción que superarían los ciclos sexenales del Gobierno Federal. ¿Alguno de ustedes recuerda al ex presidente Peña Nieto optando por un proyecto barato y rápido para que le diera tiempo de inaugurarlo antes de concluir su sexenio? Era necesario que el aeropuerto de una de las ciudades más importantes del mundo pudiera trascender a la política mexicana, para lograr posicionar al país como uno de los destinos turísticos principales del mundo. Desgraciadamente, todas estas cualidades a veces son invisibles para otras personas con prioridades diferentes y una visión retorcida del país. 

Para colmo y como si fuera un mal chiste, a finales de abril del 2021 se llevó a cabo la novena edición de los premios RTF de arquitectura (Rethinking the Future) y no se imaginan quién ganó uno de los reconocimientos. Así es, el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México que ahora está cancelado.  

Vamos a tomar una perspectiva objetiva al respecto. En el concurso se inscribieron alrededor de 1,400 proyectos de muchas partes del mundo. De esas, recibieron su reconocimiento 48 dentro de las que está el NAIM. Probabilidad de que tu proyecto sea ganador: 3.5%. O sea, no es que haya ganado el oro olímpico de los premios de arquitectura. El oro olímpico de la arquitectura es, de hecho, el premio Pritzker. ¿Saben quién ganó ese premio en 1999? Sir Norman Foster. Por lo tanto, el aeropuerto además de recibir un premio RTF tendría el sello internacional de uno de los ganadores del oro olímpico de la arquitectura. Es como si el entrenador de tu equipo local de basquetbol fuera Michael Jordan; no te asegura que tu equipo sea el más ganador de todos los tiempos, pero ten por seguro que llegará a lugares que de otra forma no lograría.  

Citando las palabras del jurado de los premios RTF, una de las razones por las que el proyecto fue destacado en los premios: 

El símbolo mesoamericano del sol se evoca dentro de la sala central abovedada luminosa. Desde la vista inicial desde el cielo y el automóvil, hasta el impresionante momento de entrar, la arquitectura une el cuerpo y el espíritu, la Ciudad de México y los viajes, la tecnología y la historia, en una estructura liviana unificada que evoca la emoción de viajar. 

El diseño le da importancia en ser eficiente y operativamente flexible. Estos elementos permitirían adaptarse a las nuevas demandas y continuar atrayendo a visitantes de todo el mundo. 

¿Eso significa que el turismo y la imagen de México ante el mundo será un avión en picada gracias a la cancelación del aeropuerto? Claro que no. La imagen internacional de México de por sí está siendo denigrada y no es específicamente por el aeropuerto. Afortunadamente las maravillas naturales y arquitectónicas que a nuestro turismo internacional les encanta visitar siguen de pie, y después de un año de pandemia sin las dulces mieles del turismo sabemos que es indispensable reactivar las visitas internacionales a como de lugar. Ya nos dimos cuenta lo valioso que es la promoción de nuestro país fuera de las fronteras y los beneficios e ingresos, directos e indirectos, que impactan en la economía de millones de familias mexicanas.  

En un mundo que lleva tiempo girando en torno a las experiencias y las emociones, el NAIM era una magnífica oportunidad para atraer un porcentaje muy alto de visitantes internacionales dispuestos a conocer esta maravilla de la arquitectura moderna, y de paso consumir la tan singular gastronomía, recorrer los magníficos paisajes naturales, convivir con la riqueza de nuestra cultura. Podrán seguir haciendo eso, pero ahora sin incluir la experiencia de aterrizar y recorrer el aeropuerto. Más bien, espero que se puedan saltar ese pequeño mal sabor de boca para que les queden ganas de regresar a nuestro hermoso México.  

Alguna vez llegué a imaginar que un turista pudiera experimentar lo que sienten cuando vuelan a Madrid y recorren el aeropuerto de Barajas. Teníamos esa oportunidad en nuestras manos. Uno no sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, ganando premios internacionales. 

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