Una vez obtenidos los resultados por parte de la autoridad electoral en el estado de Puebla (IEE) y de conformidad con el conteo del 100 por ciento de las actas capturadas ( 7,860) se conoce que la participación ciudadana fue del 55.6 por ciento en todo el territorio, con un total de 2,386, 641 votos (entre acumulados, candidatos no registrados y nulos) de un total de 4,739,921 personas registradas en la lista nominal oficial, 38 fórmulas de coalición, partidos políticos y candidatos independientes que ganaron la oportunidad de gobernar a 6,583,278 habitantes de la entidad poblana, representando por primera vez una gran diversidad en los compromisos políticos y de planes de desarrollo municipal en la historia de Puebla, cuando en la anterior elección intermedia realizada en el año 2013 de presidentes municipales había sido un espectro político de solo 5 fuerzas políticas (en alianzas) las cuales repartieron al estado de manera distinta a lo que reflejaron los comicios del 6 de junio pasado, contando con una votación total de 2,286,371.
Estos datos nos hablan sobre la participación ciudadana presente que deja este proceso electoral, la cual tuvo que sortear la pandemia, la polarización política y la abstinencia de quienes no están conformes o no han sido convencidos en participar en el ejercicio “democrático” de salir a las urnas y elegir a sus representantes en el gobierno, si bien creció la votación respecto a la elección intermedia anterior, no es tan significativo como creemos, entre los dos procesos hay una diferencia no mayor a los 100 mil votos, que también nos habla que durante seis años, sólo se ha podido acercar al dos por ciento de la ciudadanía para incentivar a nuevos y antiguos votantes a ejercer su derecho, por parte de los institutos políticos y el instituto electoral y que las elecciones intermedias están muy lejos de ser al igual que las de un proceso para gobernador o ejecutivo federal un interés superior.
¿Es la cultura política el problema? ¿son las propuestas? ¿son los candidatos? ¿desinterés en sus autoridades? La respuesta es, un poco de todo, creemos como ciudadanos que una elección intermedia no afectará el desarrollo de la vida política, social y económica de un estado, creemos que un presidente municipal intermedio no cambiará mucho el panorama en la atención de las necesidades de la ciudadanía, dejamos que quienes lleguen “cierren” el sexenio de un mandatario estatal o que acompañen al presidente de la república en su segundo trienio, vinculando al poder a un solo efecto, ¿quien será el siguiente gobernador?, sin embargo, el problema aumenta cuando tenemos de frente una confrontación social y política, la polarización en el año 2021, ha provocado que entren en juego varios síntomas de inconformidad, que tuvieron su repercusión el pasado domingo 6 de junio.
Este “bono democrático” vertido en las urnas por el voto cambiante, hará las relaciones entre munícipes, representantes del congreso local y diputados federales se confronten varias veces su posición ante el presupuesto asignado por la federación, claro, incluido el del gobierno estatal, que llevará en sus hombros todo el peso de la diversificación de ayuntamientos, el acercamiento político y de colaboración. También, este trienio llevará por primera vez 41 presidentes municipales poblanos a un segundo periodo, confianza que podría representar un reto mucho mayor que para quienes tomarán las riendas por tres años, ya que tendrán que demostrar que el visto bueno por sus habitantes requiere de mayor esfuerzo y que su aceptación como ediles aprobó su mandato.
Otro dato a mencionar es que la población promedio en el estado de Puebla es de 28 años, lo cual permite tener a una generación de votante cercano a las tecnologías de la información y posiblemente desconoce mucho del pasado histórico de quienes gobernaron su municipio y su estado, actualmente son mayoría las mujeres que viven en nuestro estado, con un 52 por ciento, por lo que se podría inferir que en las urnas existió una mayor votación por parte de ellas, ¿qué pedirán a cambio luego de brindar su voto? según datos arrojados por el INEGI, en materia de “calidad gubernamental” los y las habitantes poblanas pedirán a sus ediles durante tres años, que la calidad del servicio de recolección de basura sea mejor (62% satisfecho) la calidad brindada en la prestación del servicio del agua (47% satisfecho), calidad con el servicio de parques y jardines (29% satisfecho), mejora con el servicio de la policía (15% satisfecho) reducir las asimetrías de información al realizar un trámite (33%) y calidad en el alumbrado público (33.5% satisfecho).
Como se dará cuenta estimado lector, las necesidades son las mismas de cada tres años, calidad en el servicio, cercanía en brindar los servicios y programas, así como aumentar el grado de percepción sobre la seguridad que se tiene en las colonias, barrios, juntas auxiliares, rancherías y demás; no dejemos en el 6 de junio la participación ciudadana y la responsabilidad de gobernar, exijamos mejores gobiernos.
¡Hasta pronto!
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