He leído y escuchado que el Parlamento Abierto, como esquema de trabajo legislativo en el Congreso local, ha venido desarrollándose en algunos ejercicios deliberativos sobre ciertos temas en específico. ¿Pero han sido en verdad una práctica realizada bajo los parámetros que el modelo determina?
Para saber con precisión si en Puebla estamos alcanzando el estatus de Parlamento Abierto, es necesario revisar su definición.
Resulta oportuno señalar que el término tiene su base en las disposiciones normativas de transparencia y “gobierno abierto”. Así como lo ha referido el Doctor Khemvirg Puente, se buscan establecer (en los parlamentos): “políticas internas para conducirse de forma transparente”, “condiciones que permitan que permee la participación de ciudadanos y grupos de interés”, “mecanismos para rendir cuentas de sus acciones” y “promover la eficacia tanto en la organización de su trabajo como en su propio desempeño”.
Los citados serían los ejes en los cuales podemos esperar que se desarrollen las funciones del Congreso del Estado, sobre todo aquellas que tienen un impacto directo en la acción de legislar. Por ejemplo: ver con lupa lo que sucede en el circuito legislativo (el proceso mediante el cual una idea o iniciativa se materializa en reforma legal, constitucional o, incluso, en una nueva ley).
Los ejes planteados en párrafos anteriores se pueden también desarrollar en distintos fundamentos que pueden ayudar a materializar lo que significa de manera integral el Modelo de Parlamento Abierto. Así se ha retomado incluso por los especialistas de entes serios como el Instituto Belisario Domínguez:
-Transparencia y Acceso a la Información: Basada en una normatividad de estándares internacionales, así como en políticas de gestión documental y archivística; prácticas de transparencia proactiva en toda la labor y producción parlamentaria; acceso y comunicación con toda la sociedad y por diferentes canales; política de datos abiertos; instancia para procesar solicitudes de información; e, infraestructura para reducir la brecha digital.
-Rendición de cuentas: instrumentos para el ejercicio del control político; apertura presupuestaria; informe de gestión legislativa y política de cada parlamentario; monitoreo de gastos legislativos desde la sociedad civil; publicación de impuestos e impacto; publicación sobre ejecución de presupuesto y evaluaciones; auditorías externas al gasto.
-Participación ciudadana: Difusión y educación ciudadana sobre derechos para la participación en el proceso legislativo; construcción del marco normativo para la participación ciudadana; participación ciudadana en el proceso legislativo; audiencias públicas con la ciudadanía; labor de los legisladores en sus distritos; normas y mecanismos para garantizar y proteger la denuncia ciudadana.
-Ética y probidad: Una cultura ética por medio de un código de conducta para legisladores y funcionarios; capacitación sobre lineamientos éticos y de probidad; colaboración con instituciones nacionales o internacionales anticorrupción. En conflicto de interés, la legislación para regular el cabildeo, la declaración de intereses, fiscales y patrimoniales; así como reglas para restringir el debate extra legislativo. Instancias de control a través de un organismo independiente y técnico de ética y probidad; así como mecanismos efectivos de denuncia. En materia de igualdad y no discriminación: difusión y capacitación de políticas de igualdad; así como la instancia responsable de aplicar la política.
Para hablar de la adopción del Modelo de Parlamento Abierto en Puebla, se deben evaluar los fundamentos y sus diversas variables. Verificar que cada una de ellas se esté cumpliendo. De lo contrario, el Congreso del Estado estaría cayendo en una utilización perversa y a modo de la denominación del modelo. En una revisión somera incluso, es previsible que no se estú cumpliendo con cada una de las mismas.
No se puede hablar de la aplicación del Modelo cuando en ejercicios como el debate de los “Derechos sexuales, derechos reproductivos y aborto legal”, sólo se restringe a la actividad de (tal y como lo dice la convocatoria respectiva) “Escuchar las propuestas de las y los estudiantes, organizaciones no gubernamentales, académicas, académicos, especialistas, organizaciones de la sociedad civil, legisladoras, legisladores y todas aquellas personas interesadas en temas de derechos sexuales, derechos reproductivos y aborto legal.”
Si bien es cierto que, es un buen comienzo hacia la apertura sobre el tratamiento de temas que son de interés general y sobre todo que convoca a visiones antagónicas culturalmente marcadas en nuestra sociedad poblana, también lo es que, no significa lo mismo que un Parlamento Abierto, acaso un rasgo del mismo pero no todo en su integridad. En este caso específico sólo se llega a cubrir (y de manera muy limitada) el fundamento de participación ciudadana y, ello solo ocurre en la etapa de la participación ambigua en la estructuración de alguna opinión, ya que, en el apartado de resultados del “Parlamento abierto sobre derechos sexuales, derechos reproductivos y aborto legal”, no se especifica en que incidirá la participación de los ciudadanos. Es decir, la convocatoria sólo se restringe a señalar: “Las conclusiones serán presentadas en mesas de trabajo a autoridades estatales para recabar sus opiniones, las cuales robustecerán el ejercicio de Parlamento Abierto.”
Una iniciativa también distorsionada fue la denominada “Sesión virtual de Parlamento Abierto”. En dicha convocatoria no se estableció un objetivo claro del ejercicio ni el impacto de los resultados ya que, “…Los resultados que deriven de las propuestas, conclusiones e información generadas durante el desarrollo de esta Sesión Virtual, se harán del conocimiento de la Junta de Gobierno y Coordinación Política.”
Se puede concluir que existen muy buenas intenciones con respecto al uso del término “Parlamento Abierto” en Puebla. No obstante, el Modelo no impactará en lo sustacial (transparencia, rendición de cuentas, participación ciudadana, ética, etc.) si solo se le utiliza la denominación de manera oportunista.
Hablar de la implementación del modelo en Puebla transita incluso por instaurar una comisión legislativa o cuerpo técnico que materialice de forma sistemática, fudamentada y sostenida las acciones que se requieren en vías del Parlamento Abierto. Se ha comenzado por un esfuerzo desarticulado, incompleto y confuso. Para evitar que el modelo sea visto como una “moda” y alcance el nivel cultural al que aspira, se requiere de mayor seriedad cuando a alguna actividad legislativa se le quiera distinguir con dicha naturaleza.
josimar.alejo@criteriodiario.com