La memoria del Mundo resguardada en Puebla

Criterios Jaime A. Romano

A propósito de los recientes descubrimientos por parte de las autoridades culturales de Puebla, en las que se destacó la pérdida de una gran cantidad de obras de arte que se resguardaban en los museos de Puebla, entre ellos la Biblioteca Palafoxiana me nació el sentimiento de revisitar este espacio. 

Ubicado en lo que ahora es la Casa de la Cultura, en el número 5 de la calle 5 oriente, edificio que en sus principios albergó al Colegio de San Juan. Este maravilloso espacio no carece de majestuosidad, ya que una gran portada nos recibe inmediatamente al subir las escaleras de piedra. Dicha portada cuenta con un bello decorado que enmarca las hermosas puertas de madera, mismas que cuentan tanto con el escudo episcopal como el escudo de la familia Palafox (el escudo espiscopal es aquel que cuenta con un sombrero del cual emanan unos cordeles anudados). 

(Puerta de acceso a la biblioteca) Foto: Jaime A. Romano 

Entrando a este espacio los recuerdos vienen a la mente, pues quizás como habitante de Puebla, es uno de los espacios que más recuerdos traen a mí, es así como noto lo mucho que ha cambiado o quizás los pequeños cambios que ha tenido, recuerdo que en mis primeras visitas los pisos no eran accesibles, es decir, había unas tarimas sobre las cuales circulaba el visitante, y no se apreciaba el piso de ladrillo con detalles en talavera, hoy en día uno circula libremente sobre el piso de este espacio. 

(Detalle de los pisos de la biblioteca) Foto: Jaime A. Romano 

Así podemos notar que hay algunas ausencias, como los globos terraqueos que se encontraban sobre las mesas, o muchos libros que faltan en los estantes. 

(Detalle de los estantes donde hacen falta ejemplares) Foto: Jaime A. Romano 

Aún así es un espacio que asombra cada vez que se visita, quizás por la gran historia que resguarda, por el hecho que el Obispo Juan de Palafox y Mendoza otorgó a los colegios del clero regular y secular su colección particular, no sólo instituyendo la biblioteca sino compartiendo el conocimiento que en ese momento no era tan accesible para la población. 

Recordemos que este espacio también tiene sus particularidades, su colección cuenta con libros incunables, hermosos ejemplares con empastados particulares, una estantería en madera que es envidiable, las rejas que celosamente protegen a los libros, los hermosos letreros que marcan el número de anaquel en el que se encuentran, en fin, un sin número de detalles. 

Foto: Jaime A. Romano
Foto: Jaime A. Romano

Quizás uno de los elementos que captan la mirada del visitante es la imagen de la Virgen de Trapani, un lienzo que desde lejos parece que no se trata de una pintura, sino que es una copia de la escultura que da inspiración a esta imagen. Pero resguardada en el bello altar principal de este espacio se cuenta con esta imagen, debajo de una imagen de Santo Tomás de Aquino, quien al ser Doctor de la Iglesia (título dado a aquellos eruditos dentro de la religión Católica).  

Foto: Jaime A. Romano 

Destaquemos que originalmente el recinto sólo contaba con dos niveles de libros, añadíendosele un tercero debido a la riqueza del acervo que continuaba su crecimiento.  

Un espacio que sin duda enorgullece a los habitantes de esta ciudad, y que a la vez preocupa que de ella se pudiera haber extraído ejemplares valiosísimos no sólo por su cuantía sino por el valor histórico que tienen. 

Es así como un espacio más de la ciudad, que nuevamente se encuentra abierto y con protocolos de seguridad, recupera sus visitantes y esperemos pronto pueda recuperar todo su acervo, preservando el título de memoria del mundo. 

@JimboRomano