Está agonizando la LX Legislatura, con el tiempo se podrá saber con exactitud y precisión cuantitativa y cualitativa su desempeño, sobre todo en comparación con otras legislaturas.
Es cierto que, en términos generales, ha sido única, excepcional en cuanto a sus circunstancias. Es difícil imaginar otra con un el caudal de complicaciones y elementos que la marcaron. Fue punto de encuentro de un cúmulo de acontecimientos que, reunidos, han sido sin duda alguna los momentos más críticos de la historia política contemporánea en la entidad. Da tanto de que escribir esta legislatura que, sin duda, habrá momento para hacerlo con detenimiento.
No obstante, no hay plazo que no se cumpla. En un mes, llegará a su fin, para dar paso a la LXI Legislatura. Mientras tanto, lo que parece ser un trámite sencillo (el proceso de entrega-recepción entre legislaturas), resulta no serlo. Si se le da la seriedad debida incluso, podría tornarse complejo y en esa misma proporción, enriquecedor.
En los próximos días el Congreso del Estado (tanto la legislatura saliente, como la entrante) deberán resolver y desahogar procedimientos específicos para lograr una transición ordenada entre ambos cuerpos soberanos. Habrá que resaltar que, hasta antes de la Ley Orgánica del Poder Legislativo vigente, no existía un proceso detallado que diera mayor certidumbre a dicho momento. Sobre todo en la obligación legal de efectuarlo así como garantizar la vigilancia del mismo por un órgano técnico de control (hoy denominado Órgano Interno de Control).
Habrá que agregar que, con el problema sanitario desatado por la pandemia del COVID-19, las actividades parlamentarias han experimentado cambios, mismos que seguramente tendrán un impacto en la entrega-recepción.
Los próximos diputados comenzarán por reunirse el próximo 10 de septiembre en sesión previa, con el objeto único de elegir a la Mesa Directiva que presidirá los trabajos legislativos. Para ello, la Comisión Permanente de la legislatura saliente por medio del órgano técnico conducente (Secretaría General y/o Dirección General de Servicios Legislativos), habrán de acreditar a todos y cada uno de los diputados que constituirán la LXI Legislatura. Para ese momento, por ejemplo, los tribunales electorales deberán haber ya determinado sobre las impugnaciones de algunos resultados electorales que involucran a legisladores electos y con ello tener la conformación definitiva de este cuerpo colegiado.
De manera paralela se espera que, para esa fecha, aunque sea de manera meta legal, los partidos políticos, hayan armado ya sus grupos legislativos (2 o más diputados pertenecientes a un mismo partido político) o representaciones legislativas (partidos representados con un solo diputado en la legislatura) e incluso (como ya ha ocurrido) hayan nombrado a su coordinador o coordinadora de bancada que, será el encargado de llevar las voces de sus pares en la mesa de conciliación y gobierno de los diputados.
Luego de esa primera sesión, el 12 de septiembre (tentativamente) se deberá comenzar con el proceso de entrega-recepción de manera formal, haciendo énfasis en la información que deben presentar los diversos órganos legislativos (comisiones, comités, Junta de Gobierno y Coordinación Política, Mesa Directiva) y de representación (Grupos y Representaciones Legislativas).
Dentro de la información de la que deberán dar cuenta los órganos citados podemos encontrar (de acuerdo con la Ley Orgánica del Legislativo): relación de iniciativas y asuntos en trámite, así como el estado que guardan; situación financiera y contable; plantilla del personal al servicio del Congreso del Estado; Diario de Debates; actas de sesiones del Pleno y de la Comisión Permanente, entre otros temas o los que también se juzguen pertinentes.
La Comisión Permanente de la legislatura saliente es el vínculo con la Mesa Directiva de la nueva legislatura, por lo tanto, la responsable de llevar a buen puerto la etapa. Para dar seguimiento a todos estos intercambios desde la burocracia legislativa, está el Órgano Interno de Control.
Esta etapa debería ser considerada como un momento de gran relevancia en la vida institucional de nuestro estado. Los resultados de esta deben representar una área de oportunidad para promover un trabajo de seguimiento a los planteamientos que se hicieron en la legislatura por terminar. No siempre resulta positivo hacer borrón y cuenta nueva de los trabajos legislativos.
Se debe poner especial lupa en aquellas comisiones que, por diversas razones hayan tenido una carga de trabajo abundante de tal manera que, hubieren dejado muchas iniciativas en la “Congeladora”, es decir, sin analizarse, discutirse y ser abordadas con la debida seriedad por parte de los diversos órganos legislativos.
Por lo tanto, vienen días intensos en los que el reloj cada vez será más puntual en cuanto a fechas y plazos. Se espera una etapa interesante de la vida parlamentaria en nuestra entidad. Ya estaremos relatando los resultados de este ejercicio.
josimar.alejo@criteriodiario.com