El Dolor

Criterios Martha Vargas Vázquez

El dolor, aunque no nos gusta, nos acompaña del nacimiento a la muerte.


El dolor según la Tanatología es un proceso de subordinación psicológica que reacciona en automático con algún tipo de emoción negativa como tristeza, ira, culpabilidad, resentimiento, envidia, celos o cualquier otra. El dolor es físico y el sufrimiento es emocional.

También se puede decir que el dolor  es una sensación desagradable causada por un estímulo de carácter nocivo en las terminaciones nerviosas sensoriales. Es un síntoma cardinal de la inflamación y es valorable en el diagnóstico de un gran número de trastornos y procesos. Puede ser leve o grave, crónico, agudo, punzante, sordo o vivo, localizado o difuso.

Al tocar el tema del dolor debemos de hablar sobre el sufrimiento, el sufrimiento es un proceso de subordinación psicológica que reacciona en automático con algún tipo de emoción negativa como tristeza, ira, culpabilidad, resentimiento, envidia, celos o cualquier otra. De aquí desprendemos que el dolor y el sufrimiento van de la mano.

El dolor es universal. Todos lo sentimos. Sin embargo, es una experiencia muy personal. Su función es avisarle al cerebro que existe un problema pequeño o grande que hay que solucionar, salvo cuando acompaña una enfermedad de difícil tratamiento o terminal. La habilidad para manejar el dolor y la actitud ante éste, se debilita cuando el dolor es muy intenso o se prolonga durante mucho tiempo. En estos casos nos sentimos indefensos, vulnerables, solos, angustiados, deprimidos y enojados. Este malestar emocional resulta del mismo malestar físico, sin embargo, daña de igual manera nuestras fortalezas internas.


El dolor es una reacción ante la pérdida, pero también es parte del duelo, que es el proceso de superar la pérdida de la persona que falleció. El duelo es un proceso sano que busca reconfortarnos, hacer que aceptemos la pérdida y encontremos formas de adaptarnos a vivir sin esa persona que trascendió. En las cinco etapas del Duelo sentimos dolor, debe uno de trabajar en terapia para aprender a vivir con él. Los tanatólogos no contamos con una goma que borre el dolor, simplemente somos compañeros en el camino del Duelo tratando de que duela lo menos posible y llevar a los pacientes a buen puerto.

El sentir dolor tiene consecuencias, estas son algunas de ellas:

  • Pérdidas relacionadas con hábitos alimenticios.
  • Pérdida de energía causada por insomnio, falta de descanso y recuperación. 
  • Las relaciones sociales se afectan, pues disminuye la calidad y el tiempo que se dedica a los demás.  
  • En el ámbito laboral, baja la productividad y la eficiencia. 
  • La relación con la familia y entre la pareja puede deteriorarse. 
  • El malestar de la persona que sufre dolor repercute en su trato con los demás y recibe de ellos una respuesta similar.
  • El enfermo se hace expectativas sobre la respuesta de sus seres queridos ante su dolor, las cuales no expresa y en consecuencia no son cumplidas. Lo que genera tensión y falta de armonía en el entorno familiar. 
  • También son desfavorecidas las relaciones sexuales. 
  • Disminuye la movilidad, en consecuencia también las actividades personales y el placer que éstas proporcionan.
  • Se merman la confianza y la autoestima que forman el autoconcepto de la persona y su proyecto de vida, lo que da origen o aumenta la depresión y conduce a una actitud agresiva, pasiva o activa. Características del dolor 

El estrés que provoca el dolor, ya sea crónico o agudo, genera un gran desgaste en el organismo porque le exige un sobreesfuerzo. 

Es difícil detectarlo porque la atención está puesta en la causa física del dolor. Estamos acostumbrados a vivir con dolor tanto físico como emocional y muchas veces no somos consientes de que estamos dentro de una crisis de dolor que debe ser atendida por un profesional. Estas situaciones generan sufrimiento emocional e influyen negativamente en la actitud y en el apego al tratamiento, por lo que se torna urgente la intervención del especialista. Es importante construir resiliencia. Resiliencia se entiende como la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.

No es lo que sucede, sino lo que se hace con lo que sucede, lo que determina el desarrollo de la consciencia y la calidad de vida. Estas situaciones generan sufrimiento emocional e influyen negativamente en la actitud y en el apego al tratamiento, por lo que se torna urgente la intervención de un profesional en la materia.

El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional

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