Hace unos meses, todos aquellos que durante años hemos sido seguidores de Rent (para mi gusto uno de los musicales más significativos y sensibles que existen) nos emocionamos al saber que la historia de su creador Jonathan Larson sería filmada utilizando como guía aquel musical improvisado que solamente los muy fans conocíamos llamado Tic Tic Boom. En esta historia conocemos a un Jonathan a punto de cumplir treinta, justo al inicio de una década (1990) y de todo aquello que tuvo que pasar en el competitivo y complicado mundo de un escritor y autor de obras musicales.
Años atrás cuando anunciaron que finalmente Rent se llevaría a la pantalla grande, las expectativas eran muchas porque el significado de este musical para todos aquellos que nos hemos enamorado de sus canciones iba más allá de volverlo una película exitosa o no. Habíamos vivido y soñado con cada una de esas letras haciéndolas parte de nuestra vida en diferentes épocas y circunstancias en tiempos en los que si te gustaba algo tenías que buscar los medios para encontrarlo. El resultado no fue el mejor ya que la película no logró plasmar el mismo sentimiento que te dejaba la obra. Funcionó para los fans que tal vez no teníamos la oportunidad de ver la obra en Broadway o para las personas que no esperaban gran cosa, pero al final pasó sin pena ni gloria y poca gente la recuerda.
Cuando leí que el director de Tic Tic Boom (disponible ya en Netflix), historia un tanto autobiográfica de Jonathan Larson, sería Lin Manuel Miranda (ahora con un estatus único de superestrella en el mundo de los musicales) me decepcioné un poco. Si bien reconocemos su talento como actor de musicales y su indudable creatividad, hace poco nos dio un gran fiasco… “In the heights”.
Aún con este preámbulo y un tanto de incertidumbre, tenemos muchas cosas que pintan bien como saber que Andrew Garfield es el protagonista o que Vanessa Hudgens tiene un papel con un peso musical importante (en la versión que se hizo de Rent para Fox, ella fue lo único que logró salvarse). Después supimos también que algunos de los actores que en su momento formaron parte del elenco de la obra, realizaron cameos en la película y finalmente pudimos escuchar el soundtrack antes del lanzamiento de la película sorprendiéndonos con varias de las canciones.
Después de verla y teniendo en cuenta todo lo antes mencionado, la película logra mucho más de lo que se esperaba. Andrew en el papel principal está fenomenal y creo que no soy el único que no esperaba encontrar un buen intérprete musical en él. Mucho se habla ahora de su posible nominación al Oscar por la similitud y la manera en que se adueña del papel. Las versiones de las canciones para la película son muy buenas y se nota el empeño en producirlas bien sin perder la esencia y el feeling de que estás en un pequeño teatro.
Totalmente recomendable por el mensaje que transmite. Llena de nostalgia para todos aquellos que soñábamos con un Nueva York en los 90´s y tener una vida como las que se mostraban en las películas. Imprescindible para los que conocemos bien la historia de este gran autor y director ya que a través de muchos guiños logramos identificar todos aquellos elementos que lo llevaron a crear Rent. No dejen de ver Tic Tic Boom, sin importar si les gustan los musicales o no y déjense emocionar por este gran testimonio de un gran genio que, por causas y circunstancias de tiempo, no logró hacer más.
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