No, no hablo de los extraterrestres qué como ya les he contado son los seres más terroríficos para mí.
Hace un par de días, Thích Nhất Hạnh murió, se preguntarán quien era él y debo confesarles que nunca había buscado su foto en internet, aunque por cuestiones de la librería e imágenes con sus frases en Instagram lo conocía y siempre me hacía pensar: “Ese hombre es sabio como la naturaleza”.
Thích Nhất Hạnh fue un monje budista, activista y opositor de la guerra en Vietnam durante los años sesenta. Fue tan importante, que su camarada Martín Luther King lo nominó para el Premio Nobel de la paz en el 67.
Fue fundador del llamado “Budismo comprometido” y el llamado “mindfulness” del cual hace un par de años aparecía en cientos de libros, yo tengo 3 de mandalas relacionados con el mindfulness.
Y a todo esto… ¿Qué es el mindfulness o como se traduce en español, la consciencia plena? Es la capacidad de prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente. Léase a enfocarse en las cosas que uno está haciendo, dejando atrás todo lo demás y saber vivir cada experiencia por lo que es.
En su libro más famoso “El milagro del Mindfulness” da el ejemplo sobre el simple placer de lavar los platos: “Cuando friegues los platos, solo debes fregar los platos. Lo que significa que mientras uno friega los platos, uno debe ser consciente únicamente de que los friega”. “Hay dos maneras de fregar los platos. La primera es hacerla para quitárselo de encima y poder dedicarse a otra cosa y la segunda por el propio hecho de hacerlo”. Nhat Hanh cuenta que en sus tiempos de no vicio, en el templo budista no había jabón ni agua caliente, con lo cual ese precepto de disfrutar la tarea debía ser más complicado.
La principal “ventaja” del Mindfulness es que, aunque es una técnica con un origen religioso, no hace falta ser budista para practicarla y tampoco creer en ningún Dios.
La cuestión de esto es que, en nuestras vidas, estamos atendiendo miles de cosas aunque digamos que solo estamos pensando en algo, tan simple como decir “voy a ir a un lugar” y decidir el camino a ese destino, pero en el momento pensamos en los pendientes en casa, los planes durante el día, los mensajes que llegan al teléfono, etc. No disfrutamos de nuestras vidas porque estamos penando en lo que puede pasar, bueno o malo, en cómo mantener lo bueno y evitar lo malo.
Otro concepto importante es el autocontrol absoluto, que es la capacidad para vivir el presente sin permitir que los traumas del pasado ni por el miedo al futuro nos afecten.
Para conseguir este estado de “iluminación”, Nhat Hanh propone una serie de técnicas de meditación que actualmente se usan para tratar el síndrome de postraumático. Esas técnicas incluyen enseñanzas milenarias del Budismo así como técnicas de la psicología moderna. En libros como “Hacia la paz interior” o “El corazón de las enseñanzas” nos transmiten conceptos, ideas y principios donde lo doctrinal se entremezcla con la sabiduría y la propia psicología.
Explicaba en sus libros y lecciones que lo mejor que podemos ofrecer al mundo es ese amor auténtico que cuide y respete a todas las especies de este planeta por igual, una energía noble y bienintencionada que revierta en el propio cosmos.
Y pues yo amo el Budismo, es creo yo, la única religión qué te hace vivir de manera completa, viviendo el amor y el dolor, celebrando la vida y la muerte, que te hace vivir de manera plena agradeciendo todo lo hermoso que hay a nuestro alrededor y Thích Nhất Hạnh lo hizo más cercano a nuestro estilo de vida. Libros de su autoría hay muchos y son aplicables en muchas instancias de nuestra vida. Léanlo, les hará bien al alma, yo por el momento “Me prometo a mí mismo que disfrutaré de cada minuto del día que se da a mi vida.”