Canción Sin Miedo y otros himnos que ayudaron a cambiar al mundo

Criterios Pablo Aréchiga Fernández

“Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo
si un día algún fulano te apaga los ojos
ya nada me calla, ya todo me sobra
si tocan a una, respondemos todas”

Vivir Quintana

La acción colectiva y los movimientos sociales han cambiado al mundo, han sido creadores de música, arte, cultura, símbolos e himnos de resistencia; han sido incluso el sello de estilos artísticos que han sido casi motivados completamente por razones sociales y políticas: No se puede entender a la llamada Generación del 27 de poetas españoles (a la que pertenecían por ejemplo García Lorca, León Felipe o Miguel Hernández) sin las atrocidades de su guerra civil, a la la nueva trova cubana de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés sin el contexto de la revolución cubana o los movimientos por la libertad en Estados Unidos sin pensar en Bob Dylan preguntando cuántas veces deben volar las balas de los cañones antes de que se prohiban para siempre, o a los movimientos por los derechos de los afroamericanos sin Nina Simone, Bob Marley o Pete Seeger.

El comportamiento político de mi generación se entiende con mayor facilidad si se considera que crecimos escuchando a Molotov cantar que hay que arrancar al problema de raíz y cambiar al gobierno de nuestro país, o a Panteón Rococó cantando cómo en un mundo globalizado, la gente pobre no tiene lugar. Ejemplos sobran y música de protesta hay mucha y muy buena; sin embargo, algunas canciones, a veces sin la intención aparente de serlo, se han convertido en casi himnos de movimientos sociales y políticos.

En Italia, durante la 2da Guerra Mundial Bella Ciao (mucho antes de ser cantada por un grupo de criminales de Netflix que se vestían de Dalí para imprimir billetes), se hizo el himno de los partisanos, quienes encabezaban la resistencia contra el fascismo de Mussolini y posteriormente fue cantada en los movimientos sociales estudiantiles y obreros de los sesentas y en diversos congresos de las juventudes comunistas en Europa. 

En España durante el franquismo, Al Vent de Raimon, una canción en catalán se convirtió en el símbolo de la oposición a la dictadura; por otro lado Al Alba de Luis Eduardo Aute, se hizo una de las canciones que se cantaban en las protestas contra los últimos fusilados por el régimen de Franco. Ambas fueron parte escencial de los movimientos que impulsaron la transición a la democracia española, en apariencia ninguna de las canciones tenía objetivos políticos si se escucha la letra sin considerar el contexto ni el uso, la primera puede tener un sinfín de interpretaciones y la segunda se escucha más bien como una cación de desamor. 

En Chile, Te recuerdo Amanda de Victor Jara, cantautor asesinado y torturado por la dictadura de ultraderecha de Pinochet en el 73, se hizo uno de los símbolos de la resistencia chilena y la lucha de clases, incluso en los movimientos sociales que derivaron en la elaboración de una nueva Constitución un video circuló masivamente con una mujer que la cantó desde un edificio de Santiago y conmovió de entrada a sus vecinos quienes ovacionaron la obra e hicieron viral el video. 

En México al día de hoy, las mujeres que han tomado las calles cansadas de ser violentadas e ignoradas, están utilizando la Canción Sin Miedo de Vivir Quintana que fue en buena medida dada a conocer por Mon Laferte, otra activista y que en palabras de la misma compositora, tiene la esperanza de que un día no sea necesario cantarla. 

Sin embargo, por lo pronto hay que seguirla cantando hasta que, al igual que sus antecesoras Bella CiaoAl Vent y Al Alba que ayudaron a pelear contra el fascismo y Te recuerdo Amanda que ayudó a terminar contra las dictadura de Pinochet (y sigue ayudando a transformar las instituciones chilenas), la Canción Sin Miedoayude a terminar con la violencia en contra de las mujeres. 

@pabloarechiga