En esta semana todavía se notan algunas decoraciones navideñas, y aunque muchos decidimos quitar los adornos después del día de Reyes, hay quienes siguen la tradición que dicta la iglesia o las tradiciones de la iglesia. Esta dice que quien encontró el primer niño de la rosca, es designado como el custodio del Niño Jesús del nacimiento, es decir su Madrina o Padrino. También será el encargado de llevar a presentar la figura al Templo o si ya es una imagen que tiene años con la familia, pues será quien tendrá el encargo de vestirlo, de preferencia con una advocación Cristiana “aprobada” (no niño narco, no huachicolero, futbolero o San Juditas…).
Así también llegará la fiesta grande de uno de los “gremios” más famosos de México, el de aquellas personas que se dedican a la venta de los Tamales. Siendo que el día de la candelaria, el día de la presentación de Jesús en el templo, el día de la llamada “Purificación” de la Virgen (en los tiempos de la historia de Jesús había una costumbre en la cual la mujer era “impura” posterior al parto… Por lo que no podía entrar en el templo). La fiesta toma nombre de las candelas, porque se llevaba a cabo una procesión con velas encedidas para llegar al templo y celebrar la fiesta.
Si se acude a los templos (principalmente los ubicados en el centro histórico) se podrán ver a los feligreses llevando a sus imágenes elegantemente ataviadas para recibir la bendición, quizás en camas de romero o en tronos dorados o cunas.
Ahora, en la época Colonial, los evangelizadores se encontraron con la tarea de fusionar las festividades Católicas con las tradiciones que se encontraron, así alrededor de esta fiesta de la candelaria, los habitantes originarios celebraban el inicio del tiempo fértil de las tierras de cultivo, ofreciendo a Tláloc maíz y tamales. Siendo como los evangelizadores aprovecharon el hecho para inculcar que el dos de febrero se debían comer tamales, por ser un día de fiesta.
Tradición que se ha mantenido hasta el día de hoy y que orgullosamente se paga la deuda de haber sido el Padrino del Niño, o el haber encontrado al Niño en la rosca. Así en las mesas de todo México podemos encontrar las diferentes versiones de tamales que dependen de la región. Aquí en Puebla podemos encontrar los mas famosos y tradicionales, de dulce con crema o pasas, mole, salsa verde, rajas… Ya sea que los adquiramos con nuestro vendedor de confianza, en un triciclo, en algún convento o sean preparados en casa, siempre serán garantía de sabor y tradición. El día de venta más importante, el día que se cumple la deuda de la rosca y para muchos el día que marca el fin de las fiestas relativas a la Navidad, que ocuparán para disfrutar del festín tamalero y desmontarán las decoración que los han acompañado los últimos meses.
