Hilos y Lienzos

Criterios Jaime A. Romano

Mucho se ha hablado acerca de los aportes de México al mundo, el jitomate, los guajolotes, el chocolate, el mamey, entre muchos otros. Siempre se ha enfocado en la importancia de la aportaciòn de esos productos alimenticios, pero quizás una de las aportaciones más grandes y que llegó a más lugares en el mundo es la grana cochinilla.

Siendo la magia de este colorante natural, cuyo uso se remonta a la época prehispánica nos enseña que los habitantes originarios descubrieron el maravilloso uso de este insecto que se albergaba en los nopales y así comenzaron a pigmentar sus tejidos (siendo que en Oaxaca los textiles siguen siendo teñidos tradicionalmente con el rojo obtenido por la grana cochinilla).

Así a llegada de los Españoles a México, se comienza la exportación de este producto, del también llamado “Carmín de las Indias”; tan importante llega a ser que se documenta el uso de este producto, como consta en la obra “Memoria sobre la naturaleza, cultivo y beneficio de la Grana” obra de 1777, escrita por José Antonio de Alzate y Ramìrez, ilustrando ricamente el cultivo de la misma.

Foto: Jaime A. Romano

Al llegar este producto de origen Mexicano al viejo continente, se empieza a apreciar aún más, ya que se comienza a usar en el teñido de tejidos especiales, y como un producto de exportación y que era escaso, se usa solo en prendas especiales o para la clase más alta de la sociedad.

Siendo tan popular el tono obtenido por la cochinilla, que se expandió tambíen al arte, popularizándose tanto que los grandes como Jacopo Robusti “Tintoretto” llegó a usarlo en sus obras.

Foto: Jaime A. Romano

Así, los ropajes de los personajes llegan a tener un color más vivo, más elevado que refleja la riqueza de los tintes usados por los monarcas, dando ese equivalente a sus obras, unas obras ricas y que presumian de un color que era dificl de conseguir y quizás un color “caro” para la época.

Es un hecho que este tono fue usado también aquí en México por pintores como Cristobal de Villalpando y Martín de Vos, quien en una de sus obras para la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México ilustró a San Juan escribiendo el apocalipsis, una de las obras más famosas de este autor, no solo por el tema que ilustra, sino también por la maestría con la cual ilustra este hecho.

Foto: Jaime A. Romano

Quizás más soprendente fue su llegada a Asia, que de igual manera aprovechó la tonalidad que lograba este producto para alegrar sus ilustraciones, dando un toque impresionante a las clásicas imágenes de la vida cotidiana que caracterizan al arte de estos paises, y que en su momento, gracias a la aceptación del tono dado por el insecto Mexicano, tomaba una tonalidad diferente.

Foto: Jaime A. Romano

Su uso no solo se limita al arte y teñido, en Querétaro se utiliza para tortillas ceremoniales y en algunas zonas de Puebla también se utiliza para dar un color especial al pan usado en día de muertos, así este especial tinte alegra las celebraciones también; no omitir que fuera de las celebraciones, el color se ha usado para atoles, caramelos, licores, mermeladas, repostería y más.

Así un producto de origen nacional, usado desde tiempos ancestrales, sigue vigente y ha marcado no solo la historia de México, sino también la del mundo, colocándose como uno de los productos más populares de exportación y que sin duda dejó su marca en muchas de las obras más famosas del mundo.