Eres responsable de tener el control de tú vida
Quiero iniciar este articulo contando un cuento muy breve: era una marioneta que siempre que estaba en el escenario manejada por el titiritero le decía: “Suelta los lazos, déjame llegar a la orilla del escenario y poder ir libre por todos lados, sin depender de donde tú me quieras llevar”.
Un día el titiritero decide soltar el lazo y dejar libre a la marioneta en el escenario, al darse cuenta de ello, la marioneta se siente perdida sin saber dónde ir o como moverse. Ya con su cuerda en las manos y perdida la marioneta, toma la punta y la lleva a un señor del público y le dice: “¿quieres tomar la cuerda y ser mi esposo?”. Tendrías que darme amor, mantenerme, cuidarme y llevar todo lo que se necesite a casa, si tú estás, feliz yo lo estaré, si estas triste también estaré triste. El señor del público le devuelve el lazo y no acepta el papel que le daba.
Sigue buscando y encuentra una mujer, le da la punta del lazo y le dice si quiere ser su mamá, solo tendría que ponerse feliz cuando la marioneta la visite, si no lo hace, llorará y se pondrá mal por tener una hija que no la visita. También como hija le contara sus cosas y todos los secretos la mamá los contara a sus hermanas y amigas y todos se van a enterar. La mujer le dice que no acepta el papel.
Entre el público la marioneta encuentra una niña y le da su cuerda y le dice que si quiere ser su hija. Le dice que la va a amar y va a trabajar por ella, para que tenga todo, que no importa que ella sacrifique cosas que desea con tal de que este bien. Hará todo por ella y será su gran escusa que se sacrificó por su hija. Ella no acepta.
Nuevamente con su lazo encuentra un hombre al cual le ofrece el papel de su jefe y le dice que debe checarla por todo, regañarla si no hace bien las cosas, darle más trabajo del que puede sacar en su jornada y hablarle fuera del horario de trabajo para pedirle o asignarle tareas para el día siguiente. Ella debe de aceptar ya que no puede dejar ese trabajo ya que de eso vive. Él no acepta, pero le dice: “puedes renunciar y buscar otro empleo”. La marioneta nunca imagino que ella podía tomar esa decisión y se da cuenta que puede decidir por ella, dejar de estar donde no le agrada y poder ir a donde ella sea plena y feliz.
La marioneta hace un alto y reflexiona que ella puede tomar decisiones y decidir dónde ir y con quien estar, algo que siempre había estado en manos de alguien más y ella no tenía esa opción.
Muchos de nosotros vivimos de esa manera dejando las decisiones de nuestra vida en manos de alguien más.
Debemos de hacer un análisis si tenemos el sartén por el mango de nuestras vidas o lo tiene alguien más, si esto es así, te invito a que después de un análisis de quien toma decisiones de tu vida y si resulta que no eres tú, entonces es el momento de actuar y dejar que nadie mueva nuestros hilos, logremos tomar el sartén por el mango y vivir nuestra vida con esa libertad de decisión y hacer cosas que nos hagan felices y nos llenen en todos los aspectos.
Muchas veces nos situamos en una zona de confort donde no tenemos que tomar decisión alguna y esto nos lleva a estar conformes con vivir de esa manera. Pero debemos experimentar la felicidad que es el poder vivir libre y andar por el mundo libremente. Muchas personas que toman terapia conmigo, han tenido la perdida de la mano que toma su sartén y se enfrentan a un golpe muy duro, aparte de vivir su duelo por la pérdida de ese ser queridos se encuentran perdidas en un mundo que ella nunca habían tenido contacto, existe gente muy dependiente hasta de lo más básico y al sufrir la perdida se sumerge en una depresión que no le deja vivir. Simplemente no saben qué hacer con su vida,
Yo los invito a que hagan un análisis si tienen el control de su vida, si ustedes toman decisiones y hasta qué punto no son dependientes de algún familiar, esposo o amigo para poder tomar decisiones y vivir. Uno no decidió de que contexto, de padres o familia nació, pero si tenemos la libertad de vivir nuestra vida como queramos. No venimos a satisfacer las expectativas de nadie, sino a expresar al máximo tú potencial.
Eres responsable de tomar el control de tu vida y decidir qué persona quieres ser.
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