Por: Redacción Criterio Diario / Foto: elespanol.com
El papa Francisco recibió a la Comisión para la Protección de los Menores con motivo de la celebración de una asamblea plenaria el cual es englobado en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, como lo marca la Constitución Apostólica “Praedicate Evangelium”, que se encargará de reorganizar la Curia el 5 de junio.
En esta asamblea el papa junto con el cardenal estadounidense Seán Patrick O’Malley pidió a esta organización la elaboración anual e informes sobre las iniciativas de la Iglesia con el fin de prevenir abusos, así como cambios y mejoras para que las autoridades correspondientes puedan actuar según sea el caso. aseguró que “la incidencia de los abusos a menores por parte del clero lleva varios años disminuyendo en las partes del mundo en las que se dispone de datos y recursos fiables… Esto puede ser difícil al principio, pero les pido que comiencen donde se necesite para que podamos brindar un informe fiable sobre lo que está sucediendo y lo que debe cambiar para que las autoridades pertinentes puedan tomar medidas… Este informe será un factor de transparencia y rendición de cuentas y servirá para mostrar los progresos en este compromiso… Si no hubiera progreso, los fieles seguirán perdiendo la confianza en sus pastores, haciéndose cada vez más difícil anunciar y testimoniar el Evangelio… esta comisión a que ayude a las Conferencias Episcopales para crear centros especiales en los que las personas maltratadas y sus familias puedan ser acogidas, escuchadas y acompañadas en un camino de curación y justicia… Las Conferencias episcopales deben establecer las comisiones y todos los medios para llevar a cabo los procesos de atención a las personas abusadas, con todos los métodos que tengan, y también de los abusadores y cómo castigarlos”.
En su discurso el papa anexó: “los niños y las personas vulnerables están hoy más seguros en la Iglesia también gracias a su compromiso, desgraciadamente no faltan situaciones en las que la dignidad de los niños se ve amenazada, y esto debería preocupar a todos los fieles y a todas las personas de buena voluntad… El abuso, en todas sus formas, es inaceptable. El abuso sexual de los niños es particularmente grave porque ofende a la vida que está floreciendo. En lugar de florecer, la persona maltratada queda herida, a veces incluso de forma indeleble”.
