Por: Redacción Criterio Diario / Foto: Twitter: @juanmolinamer
La violencia que se registra en algunas comunidades del municipio de Chilapa, en Guerrero, ha alcanzado niveles impensables. Al medio día de este 21 de junio periodistas se encontraban en una conferencia de prensa convocada por el Consejo Indígena y Popular de Guerrero-Emiliano Zapata (Cipog-Ez) y por la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF) para hablar sobre la violencia en la región ejercida por el grupo armado Los Ardillos.
De pronto se empezaron a escuchar disparos, por lo que las autoridades comunitarias y los periodistas que cubrían quedaron atrapados en el fuego cruzado. Un video que fue grabado en el momento muestra cómo los periodistas estaban en el lugar con los representantes comunitarios cuando se empiezan a escuchar disparos por alrededor de 10 minutos; todos se tiran contra el piso y esperan a que pase la balacera.
Desde el pasado viernes 17 de junio las comunidades de Tula y Xicotlán viven asediados por el grupo narco-paramilitar llamado Los Ardillos, quienes disparan con armas de grueso calibre y han utilizado drones explosivos en contra de las comunidades hasta la noche del domingo 19 de junio.
Al iniciar los ataques se activó la Policía Comunitaria y lograron recuperar algunos pueblos, lo que provoca un conflicto armado que pone a los civiles de las comunidades contra la pared.
El Cipog-Ez responsabiliza a los tres niveles de gobierno al no intervenir y detener a este grupo criminal. Afirman que ni la Guardia Nacional, ni la SEDENA ni nadie han acudido a la zona para ayudar.
“Responsabilizamos a los 3 niveles de gobierno y en especial a la gobernadora del Estado de Guerrero, Evelyn Salgado, por la violencia que estamos viviendo y de que ésta se mantenga, pues no es posible que desde el viernes no haya intervenido ninguna corporación del estado y se minimice como un conflicto intercomunitario. La sangre derramada quedará en sus manos, les exigimos que hagan su trabajo y detengan a “Los Ardillos”, que disparan y asesinan a nuestras comunidades“.
Medios locales afirman que a escasos 100 metros de donde ocurrió la balacera había un retén de la Policía Estatal y la Guardia Nacional, pero en ningún momento intervinieron.
