La muerte debe encontrarnos vivos
En algún momento han pensado que pasa cuando la gente muere, todo queda ahí, la familia, las amistades, el trabajo, la casa, el auto, las tareas domesticas, las deudas, la ropa, las joyas, etc. Seria inmensa la lista de cosas que vamos adquiriendo y acumulando a lo largo de la vida y que al partir quedan ahí.
De repente un día la gente muere sin guardar la comida en el refrigerador, todo se pudre, la ropa se queda colgada en los armarios, quizás ese vestido, camisa o traje para una ocasión especial ahí se queda colgado, a quien se lo regalaran , donaran o simplemente arrumbaran porque no le dan el valor sentimental que nosotros tenias para él. Quien llegara a criticar como tenias tu casa, tu habitación. “Mira que tiradero tenia”, “que limpia era” “desperdicio su vida cuidando la casa y nunca la disfruto”. Simplemente la gente muere y no sabe el caos que deja por este hecho. A muchos le causamos dolor con la partida, a otra sorpresa y muchos la mayoría solo es una noticia de alguien más que trascendió.
Se disuelve toda la importancia que pensábamos que teníamos, la vida continua, la vida continua las personas superan tu ausencia con el tiempo y siguen sus rutinas normales. Solo tienen breves momentos para recordar a sus seres queridos.
Todos los grandes problemas que creíamos que teníamos se transforman en un inmenso vacío. Los problemas viven dentro de nosotros dejamos la energía que pusimos a cada cosa que usamos, compramos, nos regalaron o problema que adquirimos.
La gente muere y el mundo sigue siendo caótico, nuestra presencia o nuestra ausencia no hace la menor diferencia. El mundo sigue su curso, solo los cercanos, los que nos aman, quieren o aprecian ven inmovilizada su vida por un instante, por unos días y quizás por algunos meses; la vida continúa y deben de seguir en ella con el dolor de nuestra pérdida física pero con nuestro recuerdo en el corazón.
La muerte está a nuestro acecho, siempre. Muchas veces al olvidar esto no vivimos plenamente la vida, no disfrutamos los buenos momentos que nos da las oportunidades de ser feliz de disfrutar el simple hecho de estar vivo. Disfrutemos el despertar y poder movernos, tener un trabajo, tener una familia, amigos, tener nuestros sentidos bien y poder disfrutar la vida. La muerte debe de encontrarnos vivos no en un letargo o sueño viviendo por vivir, debemos disfrutar cada aire que entra en nuestros pulmones cada latido del corazón, simplemente no sabemos cuando va a llegar la muerte ese ladrón que llega sin avisar.
La gente muere en un parpadeo, de repente ahí esta y en un instante muere. Su perro es donado, el viudo se vuelve a enamorar, se casan. En nuestra empresa la gente muere y es remplazada de inmediato por que debe de seguir funcionando. Cosas que ni siquiera estrenamos son donadas, regaladas o simplemente tiradas a la basura.
Nadie esperamos la muerte cuando nacemos para morir. ¿Quién espera morir? Si la gente esperase la muerte tal vez procuraría vivir mejor, tal vez usaría su mejor ropa hoy, se pondría su mejor perfume, viajaría hoy, gastaría sus ahorros en ese bolso que siempre le gusto, quizás me comería el postre al inicio, tal vez perdonaría más, reiría mas, apreciaría la naturaleza, valoraría mas el tiempo que el dinero. Si la gente tuviera la conciencia que podemos partir en cualquier momento tal vez entendería que no vale la pena entristecerse con las cosas banales. Quizás escucharía mas música y bailase aún cuando no lo sepa hacer bien.
El tiempo vuela…
A partir del momento que la gente nace, comienza el viaje veloz por la vida para el destino final. Hay gente que vive con prisa sin darse el regalo de poder percibir que cada día más es un día menos, la gente muere todo el tiempo algunos poco a poco y un poco más cada segundo que pasa.
Reflexionemos que estamos haciendo por vivir la vida plenamente, libres, felices y después pensar si estamos listos para partir sabiendo que hemos vivido la vida intensamente y feliz.
¿Qué estoy haciendo con el poco tiempo que me queda?
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