El pasado 6 de abril se cumplieron 106 años de que nació Leonora Carrington e inicio una vida llena de surrealismo, por lo tanto, una vida incomprendida.
Leonora Carrington es conocida, por la mayoría, por sus pinturas, a pesar de que vive a la sombra de la leyenda de Frida Kahlo. Su arte es conocido alrededor del mundo y es reconocida como un genio del surrealismo aunque no muchos conocen de su obra literaria, sus esculturas y hasta su joyería.
Así como sus pinturas, sus historias están llenas de mundos fantásticos y creaturas extraordinarias, algunas incluso son las historias de su vida, la cual ella vio desde una perspectiva mágica; “La Casa Del Miedo / Memorias De Abajo” tiene seis cuentos cortos ilustrados con nueve de sus famosos collages, los cuales tienen detalles autobiográficos y la parte de “Memorias de abajo” habla sobre os días que vivió en un manicomio español en 1940, su escapatoria a Portugal y su camino y llegada a México.
Porque la vida de Carrington es perfecta para un libro, o varios; en sí, su vida es una obra del surrealismo y de situaciones que podrían parecer fantásticas, para bien y para mal. La más conocida de estas historias es “Leonora” de Elena Poniatowska.
La Poni nos habla de Leonora, su amiga de espíritu rebelde que nació heredera de un magnate de la industria textil, pero desde pequeña supo que era diferente, ella podía ver lo que otros no veían y podía conectar con los animales de una manera especial. La consideraban rebelde por no seguir las normas de la alta sociedad donde vivía y rompió cualquier atadura religiosa o ideológica para conquistar su derecho a ser una mujer libre, personal y artísticamente. Leonora vivió la más turbulenta historia de amor con el pintor Max Ernst, quien le explico lo que era el surrealismo y los surrealistas como ella, Salvador Dalí, Marcel Duchamp, Joan Miró, André Breton o Pablo Picasso. Max enloqueció cuando fue enviado a un campo de concentración y Leonora fue internada en un manicomio de Santander, del que escapó para conquistar Nueva York.
“Leonora Carrington. Una Vida Surrealista” de su prima Joanna Moorhead, habla de la relación con Max Ernst y las amistades que hizo con Marcel Duchamp, Frida Kahlo o Peggy Guggenheim; también habla de los momentos políticos y artísticos del siglo XX. Esta es su biografía tiene un punto de vista más personal ya que Joanna Moorhead, periodista inglesa que se enteró, ya de adulta, de que la famosa Leonora Carrington era familiar suya, y la acompañó durante sus últimos años. “Este libro no es solo una biografía, sino también un relato muy inspirado sobre la amistad de la autora con su famosa prima.
Pero Leonora dejo también textos, obviamente acompañados por dibujos; “La trompetilla acústica” es una novela en donde, la narradora, Marion Leatherby, es una mujer de 90 y tantos años, que vive en México con la familia de su nieto Galahad. Su mejor amiga, Carmella, es una mujer excéntrica, inspirada en Remedios Var, también destacada artista surrealista y gran amiga de la autora. Un día, Carmella le regala a Marion una corneta acústica, gracias al cual Marion descubre que Galahad quiere enviarla a un asilo para personas mayores.
“Leche de sueño” es un libro para niños es donde Juan tenía alas en lugar de orejas, a Jorge le gustaba comer la pared de su cuarto; por las calles de Chihuahua se pasea Chavela Ortiz, el monstruo de seis patas y todos ellos viven en “Leche del sueño”, la libreta donde Carrington escribió e ilustró estas historias.
“Cuentos completos” reúne relatos publicados en “La casa del miedo”; tiene también tres cuentos inéditos en español: “El camello de arena”, “El vuelo de Mr. Gregory” y “Jemima y el Lobo”.
Estos libros permiten que más allá de las imágenes, entendamos por las palabras de Leonora como ella veía la vida y lo que imaginaba; como era su percepción de la realidad: macabra, satírica, brillante y fantástica.
Ella habló de la represión social a las mujeres, incluso critico mucho a sus camaradas surrealistas como André Breton: “Aunque me gustaban las ideas de los surrealistas, André Bretón y los hombres del grupo eran muy machistas. Solo nos querían a nosotras como musas alocadas y sensuales para divertirlos, para atenderlos”.
Al final de su vida, Leonora se retiró de la vida pública, la cual nunca fue verdaderamente publica, le gustaba su soledad y su paz; no le gustaban los periodistas ni responder preguntas sobre ella “Nunca me ha gustado desnudarme como si fuera estrella de Playboy, y mucho menos a los 86 años”. Sus obras se enfocaron en la vejez, en la experiencia y la sabiduría. Murió en paz y pidió no se le hicieran homenajes ni hubiera periodistas ni fotógrafos durante sus funerales.
Su casa es ahora un museo, me gustaría ir a conocer aunque algo tan normal como una casa, unos pinceles, no podrían reflejar el mundo en el que ella vivía, el mundo en su imaginación y en sus recuerdos. Leonora es un mundo extraordinario que todos deberíamos de conocer aunque nunca tratar de entender, la de ella era una mente extraordinaria la cual solo debemos de admirar; ¿Quién sabe? A lo mejor ese mundo fantástico es el verdadero.