Francisco de Goya logró retratar la guerra desde la perspectiva de la gente que la pelea en el frente, en una época en la que la tendencia de la pintura consistía en retratar a la monarquía o a los mandos, enfatizando siempre en las hazañas militares y grandes conquistas que no consideraban a las víctimas de un bando u otro. Se le ha considerado, según el Museo del Prado, como el “Testigo de la historia” o el “Primer reportero gráfico”.
Las consideraciones no son para menos, sus obras “El 2 de mayo de 1808 en Madrid o la Lucha con los mamelucos” y la titulada “El 3 de mayo en Madrid o Los Fusilamientos” retratan una de las batallas más sangrientas durante la invasión de Napoleón a España, en la que ante un Estado español con monarquía y ejército debilitados, el pueblo español tomó las armas y resistió la invasión del entonces poderosísimo ejército napoleónico que pretendía apoderarse del trono y del mando en España.
En “El 2 de mayo”, se encuentra con la batalla que representa el ataque del pueblo español a las tropas francesas al mando de Murat, el cuñado de Napoleón, colocando al centro un mameluco (soldado egipcio bajo órdenes francesas) que cae de su caballo mientras un madrileño lo sigue apuñalando; atrás personas del pueblo español cegadas ante la violencia que apuñalan al resto de los jinetes; por otra parte uno de los aspectos que más destaca son los ojos de las personas que reflejan ira y una absoluto estado de inconciencia en comparación de los ojos de los caballos que reflejan miedo.
En “El 3 de mayo”, se encuentra la escena de los fusilamientos, consecuencia de los ataques del día anterior, en el que las tropas francesas ejecutan a personas del pueblo español, algunos tapándose la cara y otros reflejan el horror ante la inminente muerte que les dan soldados franceses también anónimos pero completamente deshumanizados, todo en un juego de luces y sombras que resalta a los héroes españoles en contra de los villanos franceses.
Napoleón nunca logró conquistar España del todo, sí logró deshacer a la monarquía y a la inquisición durante algún tiempo e impuso a su hermano José “Botellas” Bonaparte como rey español, pero no pudo contra el pueblo que resistió en guerrillas los saqueos y abusos del ejército francés, lo que termino por restaurar al incompetente Rey Fernando VII de España. El mismo Napoleón escribió en sus memorias que la invasión a España fue el inicio de sus desgracias destruyendo su autoridad moral en Europa y enseñando a los ingleses cómo combatirlo.
Goya pintó ambos cuadros en 1814 con el apoyo de la recién instaurada monarquía española como un homenaje a los héroes del pueblo español, se encuentran en el Museo del Prado y son de las piezas más valoradas y visitadas del museo.
Goya sabía que las guerras las deciden los reyes, pero las pelean y las sufren los pueblos.

