“El destructor de mundos”.

Angelica Lobato Torres Articulos Criterios

Ya les he contado que yo no creo en un solo dios, así como no creo que los humanos seamos los únicos seres vivos en el universo, yo creo que el universo hay espacio para más de un dios… tengo problemas con las religiones y los líderes religiosos porque jijoles… pero una de las religiones, que me causan menos conflictos es la religión hindú.

El hinduismo incluye una diversidad de ideas sobre la espiritualidad y las tradiciones, pero no tiene una orden eclesiástica, ni autoridad religiosa, ni tipo alguno de gobierno, ni profetas y tampoco está sujeto a un libro sagrado. Los hinduistas pueden ser politeístas, panteístas, monoteístas, agnósticos, ateos o humanistas… y al ser tan libre cuesta más entenderlo para muchos; pero el hinduismo puede catalogarse como una religión, una tradición religiosa, un conjunto de creencias religiosas, o una forma de vida y esta “no tiene principio ni tendrá fin”.

El hinduismo es una serie de rituales, sistemas cosmológicos, lugares de peregrinación; estudian teología, metafísica, mitología, iagña védica, yoga, rituales y construcción de templos, entre otros temas. En las creencias hinduistas están los cuatro Puruṣārthas, las metas u objetivos la vida; a saber, dharma (ética/deberes), artha (prosperidad/trabajo), kāma (deseos/pasiones) y mokṣa (liberación/libertad de las pasiones y del ciclo de muerte y renacimiento), así como karma (acción, intención y consecuencias) y saṃsāra (ciclo de muerte y renacimiento).

Establece los deberes eternos, como la honradez, abstenerse de herir a los seres vivos (ahiṃsā), la paciencia, el autocontrol, la virtud y la compasión, entre otros.

Las prácticas hinduistas incluyen los rituales de fuego (joma/javan), la devoción (bhakti), el canto (yapa), la meditación (dhyāna), el sacrificio (yajña), la caridad (dāna), el servicio desinteresado (sevā), el homenaje a los antepasados (śrāddha); la práctica de diversos yogas, algunos hinduistas abandonan su mundo social y sus posesiones materiales y se dedican al sannyasa (monasticismo) de por vida para alcanzar mokṣa.

O sea es hermoso y espero ciegamente que la importancia en la vida del padre de la bomba atómica haga que más de uno se interese por esta creencia. No he visto la película de Oppenheimer porque me niego a tener que esperar en la fila de los que van a ver Barbie para poder comprar mis nachos, no tengo nada en contra de Barbie, pero si contra la masividad de la gente.

“Prometeo Americano. El Triunfo Y La Tragedia De J. Robert Oppenheimer” de Martin J. Sherwin es el libro en el que la película “Oppenheimer” está basado. Las biografías, ya sea en películas o libros, no cuentan los spoilers; J. Robert Oppenheimer fue director del Proyecto Manhattan, lease la creación de la primera bomba atómica, pero al darse cuenta de las consecuencias lucho contra el desarrollo de la bomba de hidrógeno y contra la guerra nuclear. Fue perseguido por el FBI, se le acusó de ser espía de la Unión Soviética y por lo tanto de ser comunista. Instalaron micrófonos ocultos en su casa. Treinta años de entrevistas a familiares, amigos y colegas del físico nuclear; de búsqueda en los archivos del FBI; de análisis de sus discursos e interrogatorios, y de hallazgos de documentos privados.

En el libro nos cuentan que Oppenheimer estaba muy interesado en el hinduismo; cuando presenciaba la primera detonación de un arma nuclear, el 16 de julio de 1945, la escritura hindú pasó por su mente: “Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”. Es probablemente la línea más conocida del Bhagavad-Gita; uno de los muchos textos hinduistas que existen, considerado el más importante.

“Sabíamos que el mundo no sería el mismo”, recordó más tarde. “Algunas personas se rieron, algunas lloraron, la mayoría guardó silencio”. Si bien nunca se convirtió en hindú en el sentido devocional, Oppenheimer encontró en él una filosofía útil para estructurar su vida, era una forma de dar sentido a sus acciones.

El Bhagavad-Gita es un texto sagrado hinduista de 700 versos, escrito en sánscrito, que se centra en un diálogo entre un gran príncipe guerrero llamado Arjuna y su auriga, el Señor Krishna, una encarnación de Vishnu. Al enfrentarse a un ejército contrario que contiene a sus amigos y parientes, Arjuna está desgarrado. Pero Krishna le enseña una filosofía superior que le permitirá llevar a cabo sus deberes como guerrero, independientemente de sus preocupaciones personales. Robert Oppenheimer ms que un destructor de mundos fue un hombre de ciencia.

Buscando su consejo, Arjuna le pide a Krishna que le revele su forma universal. Krishna obedece, y en el verso doce del Gita se manifiesta como un ser sublime y aterrador de muchas bocas y ojos. “Si el resplandor de mil soles estallara de una vez en el cielo, sería como el esplendor del poderoso”; así fue como tradujo Oppenheimer ese momento en el desierto de Nuevo México.

En el hinduismo, que tiene un concepto no lineal del tiempo, el gran dios no solo está involucrado en la creación, sino también en la disolución. En el verso treinta y dos, Krishna menciona la línea que Oppenheimer trajo a la atención de todo el mundo. “La cita ‘Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos’ es literalmente el tiempo que destruye el mundo”.

“Y, en última instancia, lo más importante es que debe ser devoto de Krishna. Su fe salvará el alma de Arjuna”. Pero Oppenheimer, aparentemente, nunca pudo lograr esta paz. “En una especie de sentido crudo que ninguna vulgaridad, ningún humor, ninguna exageración puede extinguir por completo”, expresó dos años después de la explosión de Trinity, “los físicos han conocido el pecado; y este es un conocimiento que no pueden perder”.

“El cuarto argumento en el Gita es que la muerte es una ilusión, que no nacemos y no morimos. Esa es realmente la filosofía: que sólo hay una conciencia y que toda la creación es una obra maravillosa”. Oppenheimer, se puede inferir, nunca creyó que las personas asesinadas en Hiroshima y Nagasaki no sufrirían. Si bien llevó a cabo su trabajo con diligencia, nunca pudo aceptar que esto podría liberarlo del ciclo de la vida y la muerte. En un marcado contraste, Arjuna se da cuenta de su error y decide unirse a la batalla.

El hinduismo da explicaciones que no creo muchas otras religiones ni siquiera trata de entender; y si pudo ayudar a darle un poco de paz a la persona que supo que tuvo la existencia de la humanidad en sus manos, creo que nos puede ayudar a nosotros simples mortales.