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Benito Juárez, y las criticas que cada año se incrementan

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Hoy vamos a hablar un poco sobre el rockstar de los rockstar de la historia republicana de Sudamérica, su nombre probablemente es tan popular en Europa y en Estados Unidos, como el del libertador Simón Bolívar o de José Martí; y me refiero a Benito Pablo Juárez García, que de hecho, ha sido nombrado como el “Benemérito de las Américas”; en México le hemos levantado cientos de monumentos, escuelas, plazas, pueblos, cuadros, homenajes. Además tiene muchos otros a lo largo de América Latina y es uno de los actores que más cita el Presidente

Pero hay algo particular en la leyenda de Benito Juárez, y es algo que sucede en la historia, pero no tan a menudo, es la “resignificación o reinterpretación de la historia, es el dinamismo de lo que ya ocurrió”; les aseguro que pensarla como algo ya escrito, ya establecido, y sobre lo cual, solo queda el ejercicio de la apreciación, es algo no tan cierto.

Justo este ejercicio de volver a repasar la historia y concluir un juicio “de valor”, una apreciación e inclusive, una lectura global de lo ocurrido, diferente y opuesta a la que ya se había instituido, es algo que, si puede suceder, y esto justamente, es lo que le está pasando con Juárez en la actualidad.

No es para más, aunque se le recuerda con admiración innegable, debido a que, contra todo pronóstico, y ante las adversidades más increíbles, logró ser un huérfano, indígena zapoteco, pobre y sin propiedades que, bajo el patrocinio de un fraile, estudió leyes en Oaxaca, fue abogado, gobernador, Ministro de la Suprema Corte de Justicia y luego presidente de México. Sin embargo, el replanteamiento de sus triunfos y el análisis actual, no son tan favorables para la memoria de Don  Benito, a quien se le critica por múltiples incongruencias, incoherencias, pero, sobre todo, por:

  • La crueldad y represión a indígenas y a múltiples comunidades nativas a fin de consolidar un proceso “de unificación y modernidad”, siendo él mismo parte de una.
  • La “entrega” de tierras, negocios y condiciones de sometimiento de México ante Estados Unidos, esto señalado por algunos historiadores, como la apertura de México al capitalismo, pero otros, como la creación de nuevas elites y financiamiento de familias que, hasta la fecha, continúan gobernando y/o se encuentran entre las más ricas de América e inclusive, del mundo.
  • La expropiación de bienes eclesiásticos, bajo la argumentación de dinamizar la económica, repartir equitativamente tierras, y pagar deudas externas, lo cual no sucedió y en su lugar, miles de bienes y haciendas, pasaron a ser propiedad de los terratenientes y políticos más allegados a Benito.
  • Haber sido cuatro veces gobernador de Oaxaca, aunque se comprendiera que cada periodo tenía una pequeña duración de un año; lo cierto, es que la actitud e ideología de perpetuidad en el poder tiene este precedente.
  • Haber sido presidente de la república de México desde 1858 hasta 1872, es decir, durante 13 años, finalizando su último periodo debido a su muerte, básicamente Benito desde que tomó el poder, nunca renunció a este, pues fue presidente hasta que la muerte lo separó del cargo. Al respecto, múltiples textos educativos e historiadores, hacen omisión a este hecho, y ante las recientes criticas a ello, se ha hablado de que, Benito si tenía la intención de dejar en diferentes momentos el cargo, pero dado que había  gran probabilidad de que ganase las elecciones un candidato militar, Benito decidía volver a presentarse a las elecciones, a fin de proteger la democracia de la “institucionalización” y más aún, de la institucionalización militar.
  • El no haber suplido la labor social que hacía la iglesia cuando se le expropiaron sus bienes. Explico: en el siglo XIX la iglesia, sí por sus intereses, era la única que instalaba hospitales, escuelas, leprosarios y al momento de expropiar sus bienes se fue el maestro de la iglesia pero nunca llegó el del Estado.

Hoy se sabe que, aunque fueron múltiples los logros de este mandatario, lo cierto que es los antecedentes y grandes pasos en falso que marcaron su administración y su estrategia política, hoy lo desmitifican, y se han convertido en el fundamento moderno para rechazar su glorificación, y en otros extremos se ha llegado a opinar con sarcasmo que, el gran logro de Benito Juárez fue “no entregar el país a Francia sino a Estados Unidos, aun cuando Maximiliano de Habsburgo tenía ideas liberales, progresistas y en algún momento, pacifistas”.

El juicio de la historia continúa para Juárez.