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¿Estigmatizar a Sinaloa?

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La próxima Presidenta de México, Claudia Sheinbaum pidió en una declaración pública “No estigmatizar a Sinaloa”, en el contexto de la aprehensión de Ismael Zambada, “El Mayo”, el presunto narcotraficante veterano de una generación atrás, quien de acuerdo a diferentes versiones es la cabeza visible del poderosísimo Cártel de Sinaloa, un personaje cuya vida raya, para la mayoría de nosotros, entre la ficción y la realidad o incluso en una vida que puede ser ejemplo para muchas y muchos jóvenes mexicanos.

Es muy complicado cumplir la petición de la Presidenta Sheimbaun, no estigmatizar a Sinaloa después de años y años de mitos, historias, series, telenovelas, canciones, reportajes documentales, libros, investigaciones, que nos han enseñado que muchos de los narcotraficantes mexicanos provienen de Sinaloa, que en muchos casos han sido familiares, compadres, amigos, cómplices, que el poder de los cárteles se ha pasado de generación en generación.

Al mismo tiempo, la cultura generada alrededor de Sinaloa nos ha hecho pensar que los narcotraficantes han sido también actores de orden social y de una mal entendida justicia, que ayudan a las comunidades y protegiendo a la población, siendo benefactores, regalando comida, invirtiendo en escuelas o en obras, es decir, que han suplido muchas de las obligaciones que deberían ser del Estado.

Esta cultura, la narco cultura también esta asociada al placer, inevitablemente la música de banda se asocia al consumo del alcohol y a las fiestas, a la gastronomía sinaolense y culichi se le relaciona siempre con la cerveza, las mujeres sinaloenses tienen el prestigio también de ser las más atractivas de México, pero también aquellas con rasgos más exagerados y que lucen los atuendos y accesorios más caros: es decir, la cultura alrededor del narcotráfico ha generado en el imaginario colectivo el retrato de un narco adinerado, violento, que escucha banda a todo volumen, conduce una camioneta costosa, paga cuentas excesivas, viste ropa cara, y se acompaña de mujeres exageradamente atractivas. Basta pensar en qué llega a la mente cuando se escucha la letra del sinaloense:

Por dios que borracho vengo que me sigan la tambora/ que me toquen el “Quelite” después el “Niño Perdido”/ Y por último el torito pa’ que vean como me pinto (…) Me dicen enamorado pero de eso nada tengo/ todos me dicen el negro un negro pero con suerte/ porque si me salta un gallo no me le rajo a la muerte (…) Soy del mero Sinaloa, donde se rompen las olas/ me gusta una que ande sola y que no tenga marido”

Sinaloa es mucho más que este cliché desde luego, por decir algunas cosas lo menos: Mazatlán es un puerto de gran relevancia, es ruta del tren El Chepe, tiene pueblos mágicos, tradiciones indígenas, playas increíbles, ballenas y hoy tiene a Marco Verde, un joven boxeador mexicano medallista olímpico y promesa del box profesional.