“Luca, Alberto y todos los amigos que nos sacaron del agua”

Criterios Ingo E. Kobe

Hace un par de semanas escuché que se había estrenado Luca, película animada que en esta ocasión se estrenó directamente en la plataforma Disney + y a diferencia de otros estrenos, no tuvimos que pagar la versión premium para poder verla. No llamaba mucho mi atención porque no tenía mucha idea de qué trataba y creo que al no hacerle tanta promoción como a otras, sencillamente había pasado un tanto desapercibida en mis opciones para ver. 

Después de ver Luca, puedo decir que es una gran oda a la amistad, situada en algún lugar de la Riviera Italiana, que deja un gran sabor de boca y nos hace reflexionar acerca del sentido y la importancia del vínculo tan fuerte que se puede generar entre dos amigos desde una muy corta edad. 

Luca es un monstruo marino adolescente, que vive en la profundidad del océano al lado de sus padres Daniela y Lorenzo quienes son un tanto sobreprotectores y no le permiten conocer mucho acerca del mundo de aquellos horribles seres terrestres llamados humanos. Su vida es bastante cotidiana y algo aburrida con una rutina que consiste, en lo que sería el equivalente a un pastor de ovejas pero en este caso con un cardumen de peces. Como todo buen adolescente, Luca comienza a sentir una necesidad por saber más, descubrir nuevas cosas y aventurarse a vivir nuevas experiencias.  

Con una idea bastante diferente y un tanto rebelde tenemos a la abuela. Ella piensa que la vida en la superficie debe ser temible, pero a la vez emocionante e incluso llega a mencionar que en algún momento logró hacer su transición y subió a la superficie. Cosa que intriga y se quedará en la mente de nuestro protagonista por varios días. 

Aparece entonces Alberto, otro joven monstruo marino que se jacta de ser un experto en humanos. Todos los días sale del mar y por largos períodos de tiempo permanece en su forma de humano, algo impensable en un monstruo marino bueno e impecable como lo es Luca. Tenemos entonces a estos dos polos opuestos, y ya sabemos que por regla al final, la tendencia es que se atraen.  

Es aquí donde inicia esta amistad. Todos los días comienzan a salir a la guarida de Alberto con el objetivo de poder construir una Vespa que les permita moverse por el mundo. Lo inevitable llega a pasar y después de diversas circunstancias y razones, los dos amigos deciden emprender una gran aventura al adentrarse en el mundo de los humanos para poder cumplir con su cometido. Comenzarán a tratar de entender un mundo que les es totalmente ajeno e intentarán formar parte de él de alguna u otra forma.  

En diferentes momentos y etapas de nuestras vidas, nos enfrentamos a cambios constantes y a esta necesidad de encajar con los demás. Muchas veces dejando a un lado las cosas que realmente importan y que nos hacen ser las personas que somos. Contar con una familia por elección que vas formando a lo largo de tu camino con los pocos o muchos amigos reales que puedas llegar a tener, es una de las experiencias y conexiones más gratificantes que existen. 

Entre otras muchas cosas, creo que es uno de los mensajes más significativos en esta gran película animada. La amistad es una de las experiencias más bonitas que tenemos y no debemos quitarle valor nunca. El amor existe entre los amigos y nos puede llegar a dar la fuerza necesaria para atrevernos a hacer cosas nuevas y obtener grandes logros. Veamos Luca y celebremos entonces a todas aquellas personas tan especiales con las que tenemos un vínculo único y que, en muchas ocasiones, se vuelven parte permanente en nuestras vidas y en nuestros corazones (a mi Ohana yo no los cambio por nada).  

“Algunas personas nunca lo aceptarán. Pero otros sí lo harán. Y él parece saber cómo encontrar a los buenos”. 

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