¿Les ha pasado que han leído un libro y el final, aunque es bueno, deja muchas historias abiertas? ¿Quieren saber qué pasó con los personajes después de que las páginas del libro se terminan? Esta situación es parte importante del libro “Bajo la misma estrella” del autor John Green donde Hazel, la protagonista, busca al autor de su libro favorito y le exige saber el destino de los personajes secundarios de su libro favorito, el autor le dice que eso no importa y que el libro y la historia acaban donde acabó el libro y ese es su derecho como autor, decidir dónde acaba todo.
Sin embargo, en el mundo de hoy existe el mundo de las “fanfics”: historias alternas, continuaciones, puntos de vista diferentes de personajes de libros, películas o hasta personas de la vida real. Gente de todas las edades, idiomas y nacionalidades escriben lo que ellos imaginan fue o pudo ser y lo comparten con el mundo. Lo hacen por amor al arte, aunque la mayoría no tengan noción alguna de las reglas básicas de la redacción, a veces las historias no tienen pies ni cabeza, la ortografía es terrorífica pero hay algunos casos en que el atreverse a compartir sus teorías llevo a que estas personas se convirtieran en autores vendedores de best sellers.
El caso más conocido es el de “Las cincuenta sobras de Grey” de la autora E.L James. Estos libros “puercos” (así les decía un compañero de trabajo cuando veía que leía algo de literatura erótica) están basados en la serie de los libros de “Crepúsculo” de Stephanie Mayer. James ha logrado llevar al cine su historia y escribir más libros de su saga de los que Mayer publicó de la saga original.
Otra historia es la de Beth Reekles, ella comenzó su historia “El stand de los besos” en la plataforma Wattpad al estar harta de las millones de historias de vampiros derivadas de Crepúsculo y demás sagas fantásticas, publicando capítulos cada cierto tiempo. La historia fue tan popular que logró que el sitio la nombrara “La mejor autora de novela juvenil del 2011”, este logro le consiguió que la editorial Penguin Random House le ofreciera un contrato para publicar 3 historias más. Hasta el momento su historia además de un éxito de ventas ha sido un éxito en Netflix con sus películas.
A mí me encanta leer “fanfiction”, es como una rifa, en donde no sabes si vas a leer algo digno, algo que me haga feliz con sus conclusiones o teorías completamente distintas a las que yo puedo tener. Amo que aunque todos hayamos leído la misma historia, visto la misma película o programa de televisión, hay millones de posibilidades. Sin embargo, el tener el valor de darle al conocer al mundo es de reconocerse, las redes sociales son duras y los lectores son exigentes, el anonimato da valor de exigir más capítulos o reclamar algo que no le gustó al lector, también es dar contenido, regalar tiempo y esfuerzo a cambio de nada, simplemente por dar a conocer lo que uno espera que pase.
angelica.lobato@criteriodiario.com