Feliz 4 de julio, bueno, ayer… nuestro mundo globalizado está íntimamente unido a Estados Unidos y no hay forma que alguien lo niegue… y por lo mismo vimos que este 4 de julio las celebraciones por la “independencia” se vieron envueltas en manifestaciones por la prohibición del aborto, tiroteos (uno justo durante un desfile) y meses y meses de discriminación desmedida.
Estados Unidos es un lugar de modernidad, el primer mundo, un lugar en que todo es perfecto… hasta que no lo es y algo que la gente “inculta”, la cual tristemente es la mayoría y la que causa que salgan en las noticias mundiales, no comprende es su historia. Estados Unidos es un país en que la unión de diferentes culturas es la base. Desde que los ingleses llegaron y conocieron, y casi destruyeron, a los nativos, hasta la migración que sale en las noticias actuales, son las que hacen al país “grande”.
Las naciones indígenas fueron los primeros que sufrieron el querer hacer mejor a la nación naciente; hace 400 años los ingleses llegaron y casi exterminaron lo que no entendían (cosa que sigue pasando el día de hoy), hoy casi tres millones de personas forman las reservaciones que el gobierno reconoce y que aun luchan por mantener sus tradiciones. La historiadora y activista Roxanne Dunbar-Ortiz escribe “La Historia Indígena De Estados Unidos” nos cuenta la perspectiva de los pueblos indígenas. Desafía la historia conocida de la fundación de Estados Unidos, las formas en que millones de nativos murieron y esto no llega a los oídos de los jóvenes estudiantes.
“El Ku Klux Klan. Un Siglo De Infamia” de William Peirce Randel, nos cuenta la historia de otro de los negro capítulos de la historia de Estados Unidos que se esconde, o más bien escondía hasta que llegó Donald Trump al poder; el Klan se fundó en el sur de Estados al terminar la guerra civil, con el propósito de defender la supremacía blanca, la cual se veía en peligro cuando un programa federal que otorgaba ciertos derechos a la población negra. Pero este Klan creció en su proceso incluyendo a judíos, católicos o extranjeros (como no auténticamente americanos), a diferencia de blancos y protestantes (los únicos capaces de proteger el proyecto nacional). El gobierno de EE UU ha declarado “terroristas” a los miembros de esta organización aun cuando el racismo extremo está más que claro en varios de sus gobernantes y representantes, y en el mismo patriotismo de los “verdaderos” norteamericanos; tan claro es que cuando los “nacionalistas” tomaron el capitolio todo apuntaba a las formas que el KKK ha tenido en el pasado.
“El Espejo Negro De Estados Unidos. La Migración Latinoamericana” de Alfredo Jalife Rahme nos escribe del tema más actual en el que México se ve involucrado en la vida actual de Estados Unidos; las caravanas de migrantes queriendo lograr el “sueño americano”. Biden puso a Kamala Harris a cargo del Guatemala, Honduras y El Salvador y del estado de Chiapas. México ha quedo en medio del flujo-reflujo migratorio de sur a norte y de norte a sur y la politización de Trump y su agenda supremacista blanca. Las medidas de Biden han empeorado y se calcula la llegada de otros tantos migrantes y cientos o miles de casos trágicos como el reciente descubrimiento de migrantes muertos en la caja de un tráiler. Estados Unidos queda atrapado entre lo que dice y lo que hace, trata de ser el bueno y no puede serlo sin que alguno de los protagonistas es afectado.
El 4 de julio no fue celebrado como otros años, mucha gente se rehusó a celebrar el día de la independencia cuando los políticos y representantes están tomando decisiones que los hacen darse cuenta que no son tan libres como creen; las reformas en las leyes no buscan lo mejor para el interés general; frases como “es más fácil conseguir un arma que un aborto”, “Jesús murió porque no tenía un arma para defenderse”, “di gay” y “las vidas negras importan” son las que marcan la actualidad del mejor país del mundo. Con cosas así el “tercer mundo” no parece tan malo…