Busco libros de celebridades

Angelica Lobato Torres Criterios

Parte 1

¿Por dónde comenzar con esta bella historia? Bueno primero hablaremos de que hay 2 tipos de libros “escritos” por gente famosa. Y esa palabra va entre comillas porque la mayoría de estos libros tienen un “escritor fantasma”, que es una persona que traduce, por así decirlo, lo que el famoso dice en un lenguaje apto para un libro. Hay una película de Román Polanski que literalmente se llama “El escritor fantasma” donde se pueden dar una mejor idea. Los libros se dividen en libros de “consejos” y las biografías. 

Por ahora escribiré sobre los primeros, ya que son los más comunes. Libros de reinas de belleza, dando dietas o rutinas de ejercicios. Otros más, son sobre liderazgo basados en el éxito de futbolistas. Y otros que no sé cómo definir, pero entre los cuales está el más famoso y criticado de todos: “Quiúbole” de Yordi Rosado. 

Este libro es tan criticado como es vendido. ¿Por qué se supone que debería leer algo escrito por el patiño de Adal Ramones? (los que crecieron en los noventa entenderán y vendrán a sus mentes imágenes que en ese momento parecían chistosas pero… ¿lo eran? ¿Quién es Yordi para creer que puede escribir un libro? La respuesta es muy sencilla, Yordi es un señor muy listo. “Quiúbole” es una recopilación de datos de varios médicos, psicólogos, gente joven, etc. Que este señor decidió juntar y adaptar a un lenguaje más cómodo, no es una novela de Octavio Paz, ni un libro de Sigmund Freud. Simplemente hizo lo que a veces da flojera hacer: que es investigar y ponerlo en un sólo libro y hacer mucho dinero de ello. 

Hace no mucho, se criticó al autor y al libro, por ser un libro que objetiza a las mujeres, da consejos pro violencia y educa a las niñas a ser “sumisas pero no tanto”, criticando de que les daba información a sus mentes en plena formación. Yo creo ahí hay un grave problema, creer que por estar en un libro nos debe de instruir o educar es un error de la sociedad. Si fuera así, creo muchos seríamos nazis, fascistas, evangélicos, ateos, evolucionistas, satánicos y creeríamos en dioses místicos y/o en alienígenas, con todo el respeto que se merecen las creencias de cada uno. En el caso de este libro el error más grande es creer que es para adolescentes y/o pubertos. No lo es, este libro creo es una guía para los papás, para que entienda o más bien recuerden, cómo eran en sus años de juventud. No se necesita un libro para dividir a los compañeros entre guapos y feos, ni que un libro te diga arréglate para verte bien. Y mucho menos echarle la culpa a un famoso de educarnos mal. 

Asumo que ningún conductor, cantante, modelo, youtuber o celebridad de reality escriban un libro digno de un premio Nobel o algún reconocimiento científico, aunque hay excepciones como el doctor Brian May de Queen que seguramente ha escrito alguno de astrofísica. Pero no creo que leer libros de Karime de Acapulco Shore o los libros de autoayuda de Gloria Calzada, vayan a cambiar la vida de nadie y habiendo dicho esto, no creo que este mal leerlos, cómo ya mencioné con Yordi, tal vez alguno de ellos tenga algo interesante y si eres fan de dicha celebridad no tiene nada de malo apoyarlos, así como una, que hizo que sus papás le compraran un libro de las Spice Girls que debe estar en algún librero de la casa. Tal vez el fanatismo por dicha persona sea lo que te lleve al mundo de la lectura. 

Hay, también, ocasiones en que la vida te da sorpresas y el famoso en cuestión tiene más talento del que te imaginas, un caso que sonó bastante hace un par de años fue el libro de Amandititita. “Trece latas de atún” que tuvo excelentes críticas de diferentes autores y en varios periódicos. Un libro de diferentes cuentos y relatos de su vida mezclados con ficción. Hace unos días, mi abuela de 87 años me recordó que ella leyó una reseña de este libro y textual me dijo “es que dijeron que escribía chingon”, después de ir por las sales para la impresión de escucharla decir esa palabra me reí y pensé en leerlo, tal vez lo compre pronto por culpa de la maldita pobreza, mientras tanto leeré algunas páginas publicadas en internet. 

En mi primera columna les escribí sobre el inicio a la lectura y de cómo no lo que le gusta a uno le tiene que gustar a todos, hay libros que son para el entretenimiento sano, vano y simple. Un compañero en la librería me decía: ¿por qué lees tanta porquería en lugar de que leas para educarte? yo le respondía: Ahorita leo para distraerme del mundo, necesito algo que me relaje, no que me recuerde que vivo en un mundo enfermo y triste. 

A veces está bien ver el libro de Yuya y su receta para hacer brownies o intentar comprender por qué los niños de 8 a 10 años van a preguntar por el nuevo libro de Wigetta, que al día de hoy no sé quién es y cuando lo traté de leer o más bien entender, dije: un día era joven y ahora no entiendo nada. 

Los espero en la siguiente entrega donde hablaremos sobre ese libro que leímos una vez y creemos conocer todo lo que se puede saber sobre el protagonista: la biografía. 

angelica.lobato@criteriodiario.com