¡Feliz año nuevo a todos!, mi año comenzó del cheto pero espero ustedes estén mejor y pues esperemos que este nuevo año nos traiga sorpresas agradables y felices.
Sin embargo, el 2022 terminó y el 2023 inició con la muerte de algunas figuras públicas mundiales: la periodista Barbara Walters, la diseñadora de moda Dame Vivian Westwood, el Rey Pelé y el Papa emérito Benedicto XVI y de él me gustaría hablar.
Cuando el amado Papa Juan Pablo II falleció, yo no entendí el dolor mundial que se vió; sí, el señor estaba todo bonito y tierno, pero en sus últimos años tras de él siempre estaba un hombre bastante feo, que lo guiaba y, desde el primer momento en que lo vi dije: ese hombre sabe algo.
Resulta que sabía muchas cosas, el hombre hablaba 10 idiomas, leía el hebreo y el griego antiguo, además era pianista y recibió varios doctorados honoris causa; por mandato del gobierno perteneció a “Las juventudes hitlerianas”, que creían que todos los que querían ser sacerdotes debían de oponerse al movimiento de Hitler. Estudio teología católica y filosofía hasta obtener su doctorado.
Cuando fue Cardenal fue asesor teológico y en uno de sus escritos hablaba de que se debían respetar las diferentes creencias y la libertad de elegir en que creer; en su libro “Introducción al Cristianismo” escribió que el Papa tenía el deber de oír diferentes voces dentro de la Iglesia antes de tomar una decisión y que la Iglesia de ese tiempo estaba muy centralizada; obviamente algunos de sus libros sufrieron censura por parte de la iglesia ya que era un loquillo moderno, además de habla de la relación como una forma de lo real: la unidad primigenia es unidad en el amor, para entender el cosmos, la vida y su origen, hay que empezar por el amor.
Insistió que el “cristianismo no es un moralismo”; la fe en Jesús se basa en la humildad que vive del amor gratuito recibido; afirmó que la moral sexual representaba un capítulo particularmente oscuro y trágico en la historia de los cristianos, aunque recordó que la concepción de la unión carnal entre el hombre y la mujer como sacramento y manifestación del amor de Dios no ha permitido que se cayera en una aversión a la sexualidad.
En “Escatología” escribió su respuesta teológica a una sociedad burguesa oprimida por el miedo al sufrimiento y a la muerte, pero que para Dios, no existe ninguna vida inútil.
Ratzinger, en su libro “Informe sobre la fe”, hablo sobre como las personas hoy en día, buscan lo efímero y vano; la verdad no es un punto de llegada, es una llamada a la búsqueda de la razón, pero eso no la diluye ni la transforma en mera invención subjetiva y manipulable. Si se renuncia a la verdad acerca del hombre, se renuncia a su libertad.
Ratzinger tenía ideas conservadoras en cuanto al control de la natalidad y en “Carta a los obispos de la Iglesia católica sobre la atención pastoral de las personas homosexuales” rechazo reconocer legalmente las uniones
Ratzinger y Wojtyła, lease Juan Pablo II, fueron calificados intelectualmente como “almas gemelas. Durante su mandato como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Papa Juan Pablo II le encomendó en 1986 la redacción de un nuevo Catecismo de la Iglesia católica.
Pero su momento más bajo, y por el que mucha gente lo recordará fue por lo involucrado que estuvo en como el Vaticano habría encubierto, durante su mandato como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, a un sacerdote estadounidense, Lawrence Murphy, sospechoso de haber abusado de unos doscientos niños sordos. La Santa Sede desmintió tal encubrimiento en una nota publicada posteriormente a la noticia. Se explicó en ella que a mediados de los años setenta, algunas víctimas del padre Murphy informaron sobre estos abusos a las autoridades, que emprendieron una investigación en ese momento, pero esta fue abandonada dado que el padre Murphy era anciano en un estado de salud muy deteriorado; la Congregación sugirió que el arzobispo de Milwaukee considerara afrontar la situación, por ejemplo, restringiendo el ministerio del padre Murphy y exigiendo que aceptara la plena responsabilidad de sus actos.
Y con el tiempo han salido más reportajes y documentales sobre los abusos que se encubrieron bajo su mando de la Congregación; no creo que él haya sido el que decía: vamos a dejarlo pasar, yo creo el que estaba tras todo eso era el viejecillo adorable, tanto así, que cuando las denuncias se multiplicaron, fue cuando decidió renunciar al papado, dicen…
Yo a mi abuelo le compre los 3 libros que escribió sobre Jesús; en abril de 2007 publicó la primera parte su libro “Jesús de Nazaret” en la que reflexiona sobre la figura de Jesucristo en calidad de teólogo, Jesús no era perfecto ni un liberal de su época ni revolucionario político, sino un hombre que se une con Dios por medio de la inteligencia y así le otorga autoridad para presentarse como un nuevo Moisés que renueva la Ley Su experiencia de Hijo lo lleva a la obediencia de un amor entregado hasta la muerte.
El año 2011 publicó la segunda parte, con el título “Jesús de Nazaret: Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección”, habla de la época en que Yisus empieza su peregrinar y su acercamiento a los simples mortales, léase nosotros: “En el gesto de las manos que bendicen se expresa la relación duradera de Jesús con sus discípulos, con el mundo. En su ascensión, él viene para elevarnos por encima de nosotros mismos y abrir el mundo a Dios”.
La tercera parte apareció en 2012, y tiene por título La infancia de Jesús, en este volumen final El Papa se concentra exclusivamente en los Evangelios que cuentan la vida de Jesús cuando niño; desde el nacimiento de Jesús y en sus padres José y María. Es una historia de anhelos y búsquedas, demostrada por los Tres Reyes Magos en la esperanza de redención traída con el nacimiento de un nuevo rey. Es un testimonio de confianza en la sabiduría de Dios visto a través de la fe de Simón, el recto y devoto vecino de Jerusalén, demostrada ante la presencia del Niño Jesús.
Pero bueno, en estos días serán sus funerales y ustedes saben que esas cosas a mí me causan mucha curiosidad. Yo a Benedicto XVI le decía Emperador Palpatine, con todo respeto, y lo extrañare más que al anciano anterior, porque era un hombre sabio, que supo reconocer sus errores y que en su testamento pide perdón; y a quisiera ver a otros sacerdotes menores si quiera pensar en disculparse.