La esperanzadora reconstrucción

Criterios Jaime A. Romano

El 19 de Septiembre de 2017 quedó grabado en la memoria del centro del país como el día que nuevamente se cimbró la tierra de la Nación. Grandes fueron los daños que se tuvieron, pérdidas humanas y materiales, así como afectaciones al patrimonio histórico de la Nación.  
 
Muchos edificios, siguen en el proceso de reparación, otros más en la espera de recursos para reparar sus daños, así poco a poco se han recuperado espacios de gran importancia histórica para todos los Poblanos.  

Hoy quiero hablar de un caso particular: Quecholac. Y es en este municipio que se encuentra 50 minutos de la Capital Poblana donde encontramos una gran riqueza cultural. Teniendo habitantes originarios que datan del siglo XII-XIII. Siendo un establecimiento del pueblo Popoloca; recordemos que el pueblo Popoloca se estableció en la Mixteca Poblana. Desarrollaron grandes técnicas para el riego de los cultivos, mismos que les dieron resultados agrícolas importantes, por ende en la zona de Quecholac no se encuentran vestigios arqueológicos. 

Así es como a la llegada de los Españoles, Quecholac se estableció como un punto importante para la evangelización de la zona, a la comunidad no solamente llegaron las primeras órdenes religiosas (Franciscanos, Dominicos y Agustinos), sino también los Mercedarios y los Jesuitas. Y es la orden de la Merced quien alrededor del siglo XVII construye una iglesia para la orden. La iglesia principal es destruida por los constantes sismos, el fulminante en 1973 es el que destruye la cúpula y la nave principal de la misma.  

Al frente de este templo se encuentra de igual forma un arco de tres cuerpos, que presenta gran decorado, el mismo se encontraba (antes del sismo de 2017) en gran estado de abandono, así como con fisuras y algunos daños, el sismo de 2017 termina de afectar este arco, por lo cual se apuntala para evitar un mayor deterioro o derrumbe. Al ver el estado en el que se encuentra el Arco, se da un efecto de “Ventanas rotas” (esto establece que en una casa abandonada mientras tenga todas las ventanas completas la gente la respeta, en cuanto una de las ventanas es vandalizada, la comunidad comenzará a vandalizar la propiedad completa por el estatus de abandono que representa), los pobladores de la comunidad comenzaron a ignorar la magnitud de esta belleza arquitectónica, así como olvidar su importancia histórica del mismo, incluso expresando que era mejor el destruir el mismo ya que afeaba la imagen urbana del primer cuadro de la comunidad. 

En un esfuerzo del INAH y restauradores Poblanos se trabajó en esta arcada para recobrar la belleza y el significado que la misma tiene para la historia de la comunidad.  

Esto propone una nueva etapa para la restauración de monumentos en Puebla, no solamente para la Capital del Estado sino también para los demás Municipios, que no por estar alejados de la Capital deben ser olvidados o relegados en cuanto a la recuperación y restauración de los espacios históricos con los que cuentan.  

jaime.aguilar@criteriodiario.com