Ahora hablemos de los otros libros de celebridades

Angelica Lobato Torres Criterios

Cuando algún famoso decide escribir su autobiografía o hacer oficial la biografía que alguien más escribió sobre ellos, creo que ninguno está consciente de lo que hace. 

Para mí, este tipo de libros son un arma de doble filo. Tanto para el famoso como para quién lo lee. Recordemos que cada persona recuerda su vida de la manera que decida, omitimos de nuestra memoria lo que no nos es o fue relevante en su momento. En el caso de la celebridad lo que para ellos tal vez fue un momento sin importancia, es un momento crucial para su pareja, amigo, compañero de trabajo. Ahí es donde comienzan las polémicas. 

Recuerdo alguna vez escuchar una entrevista en la que alguna conductora de Estados Unidos hacia promoción de su libro y al preguntarle qué opinaba su familia, ella comentó que su hermana le preguntó si estaba bajo la influencia de algo mientras escribía su historia, porque ella recordaba su niñez de una manera completamente diferente. No significa que mentía, simplemente que aún siendo hermanas y viviendo la misma dinámica familiar, los recuerdos que crearon fueron totalmente opuestos. 

Al leer la biografía de Silvia Pinal: “Está soy yo” y saber qué hizo mucha polémica, recordé lo anterior, ella recuerda las cosas desde su punto de vista y obviamente ella recuerda todo desde el punto de vista de la víctima, todo lo que sufrió, todo su esfuerzo. Tal vez muchas actrices tuvieron que pasar por el triple de situaciones que ella, pero al ser la señora quién escribió el libro, su vida es obviamente una tragedia griega ante sus ojos. 

Hay otro tipo de autobiografías, como la de Stephen Hawkin “La breve historia de mi vida”, este pequeño libro, no entra en detalles, aunque sí habla de cómo su enfermedad cambia su vida, después vuelve a hablarnos de sus teorías y descubrimientos. Al leer sientes que entiendes de lo que explica en términos de física, para que al terminar de leer digas: Ok, no entendí nada. Amé el libro. 

Otra biografía recomendable para leer es la de Steve Jobs, escrita por Walter Isaacson. En este caso, Jobs le dio el visto bueno sin siquiera leerla. Nos mostró que el dueño de Apple no era una persona agradable, sino un ser ambicioso y hasta desagradable que no se conformaba con menos que la perfección, lo que lo llevó a lograr todo lo que quiso y reírse en la cara de todos los que alguna vez lo criticaron. El autor entra en muchos detalles de su vida y hace una lectura muy agradable. Lo recomiendo infinitamente. 

Por último, hablaré de cómo una biografía a veces hace que el ídolo caiga del pedestal. “John” escrito por Cynthia Lennon, nos habla sobre la vida de esta mujer siendo la compañera del creador de The Beatles. Yo tenía alguna idea de que este hombre no era un santo, pero un libro como estos haría que, en esta época, el señor fuera juzgado por la santa inquisición de las redes sociales. En una historia algo victimista, nos habla de un hombre machista, homófobo con problemas para manejar la irá, al que ella amaba y amaría hasta el final de sus días (ella falleció en 2015). Para algún fan de la canción “imagine” que crea que John Lennon es un estandarte de la paz, un libro como éste, mataría a su ídolo. O tal vez no, el fanatismo trabaja de maneras que no podemos comprender. 

Yo amo las biografías y las autobiografías, puedo decir que es mi género favorito de lectura. Aunque prefiero leer de personas que ya no viven, para no tener que leer segundas partes. Me gusta conocer la parte imperfecta de esos seres llamados famosos, me gusta cuando reconocen que no todo es perfecto y hasta disfruto leer las penurias que vivieron que para muchos son cosas de todos los días. Lo que sí puedo decirles es que a veces es mejor no saber todo de la persona que admiras… 

angelica.lobato@criteriodiario.com