Me gusta el verbo “cuidar”. La Real Academia Española define “cuidar” como “Poner diligencia, atención y solicitud en la ejecución de algo. Asistir, guardar conservar”. Se cuida en primera instancia lo que se necesita, pero también lo que se ama. Cuidamos a nuestros enfermos, y ahora más que nunca, cuidamos nuestra salud; se cuida a la familia, a los hijos, en fin, cuidamos lo que atesoramos.
En México, nuestro sistema educativo ha sido tema pendiente por siglos. Parece que avanza, retrocede, se pandea, pende de un hilo y esta pandemia ha hecho mucho más visible las grandes carencias, desigualdades e injusticias que tenemos en este tema. Todo el sistema educativo tiene el reto de reinventarse, el público y el privado, la educación básica y la superior.
Pero lo que casi nunca alcanzamos a mirar, es que la educación en nuestro País, en nuestro Estado y en nuestra Ciudad, tiene nombres y apellidos. Se preocupan por lo mismo que nosotros, tienen los mismos temores y también tienen grades sueños. La Maestra Angélica de Química, Miss Lety de Kinder, el Profe Guillermo de Educación Física, el Profe Beto de segundo de primaria, el Doctor Sánchez de Políticas Públicas; todos, todos los profesores, sin excepción, han sido sostén de pequeños y grandes, han navegado en silencio por la tempestad de la pandemia, se han adaptado a los tiempos mejor que ningún Gobierno en México, son trabajadores esenciales y con computadora o sin ella, han dado ejemplos loables y se las han ingeniado para seguir dando clases y ¿Cómo los cuidamos?
No los veo afuera protestando, ni haciendo activismo en redes, ni reclamando salario. Los veo innovando, creando, sacando con lágrimas, sudor y sangre a las generaciones COVID; en silencio, sin que alguien siquiera los tome como causa o bandera, sin estar en los manoseados discursos políticos, en silencio porque tienen mucho trabajo, siguen calificando y preparando clase y buscando dónde conectarse a Internet y haciendo la diferencia en cada niño y niña hombre o mujer en México. Los Maestros son verdaderos guerreros, mujeres y hombres de batallas diarias, que habitan nuestro país y la mejor manera de cuidarlos, es enseñar a los estudiantes a honrar a sus maestros y es exigirles a las autoridades una planeación real para la inversión en educación, se necesita repensar la educación desde lo político y en conjunto con la sociedad
Las semillas llevan su tiempo para dar fruto. Hoy un maestro está formando a quien dirigirá el destino de la Nación, de un Estado o de una Ciudad. Enseñemos desde casa a ese pequeño a honrar a quien le dará el cimiento de sus logros. Puede que esa sea la única manera, la única forma de que la inversión en educación y el uso correcto del presupuesto que tanto se necesita, pueda ser realidad y nos permita construir un mejor país con una vida mejor y más digna para todos.
Entrelíneas
La reelección es el derecho a ser votado y electo nuevamente para desempeñar el mismo cargo. Es una nueva oportunidad, y quien puede castigar o no, a la autoridad que quiere volver a intentarlo es Usted amable lector. Es Usted quien tiene el control hacia el poder, es Usted quien debe exigirle cuentas y hacerlo a través del voto.
En sus manos está hacer la diferencia, en la conciencia y en corazón de los políticos que viven en burbujas creyendo que lo hicieron bien, debiera existir la humildad y la verdad. Pero como no es época de milagros y pocos políticos llevan esas virtudes, la ley deposita en los ciudadanos la confianza y EL PODER para decidir quien sí y quien no puede volver a estar en una Diputación o Alcaldía.
Use también ese poder sabiamente. Una lección que nos deja el país vecino… ahora que se fue Trump es que el voto sí importa. Castigue a quien no se lo merece, premie y vigile a quien le dé su representación. Ya es la hora de los ciudadanos y en sus manos está.
Y mientras la vida pasa, que se fortalezca la esperanza.
Para mi mamá, quien fue mi primera maestra, para Silvia Tanús con cariño y con agradecimiento a todos mis Maestros del Colegio de Puebla A.C.
@LuzRosilloM
