La música era su mundo, luego el silencio reveló uno nuevo

Criterios Ingo E. Kobe

Cuántas veces nos hemos puesto a pensar en lo que nos ocurriría si de repente y sin previo aviso perdiéramos la capacidad de hacer algo. Desde cosas simples y monótonas como no poder utilizar una mano por un día, hasta cosas extremas como perder un sentido o la movilidad de una pierna. Considero que nadie está preparado para afrontar estas situaciones extremas en las que, por alguna circunstancia ajena, tu vida literalmente puede cambiar de un momento a otro.  

La magia que tiene el leer un buen libro o ver una gran película es precisamente esa capacidad de transportarse y llegar a sentir lo que los personajes viven y experimentan. En una época un tanto accidentada para el cine, en la que los grandes y pequeños estudios no se atreven a lanzar sus apuestas más fuertes por miedo al fracaso, hemos logrado disfrutar de muy pocas historias que nos lleguen a conmover.  

Un claro ejemplo que no quisiera que nuestros lectores del Jolgorio del Ocio dejaran pasar, es una magnífica película que por casualidad pude ver hace unos días. “Sound of Metal” (Amazon Prime Video) es una de estas propuestas que de inicio, no llamó mi atención en lo absoluto. Culpo tal vez al póster de la película que muestra a un baterista metalero que a decir verdad me dió la idea equivocada de lo que podría tratar.  

Conocemos a “Ruben” y a “Lou”, una peculiar pareja que a la vez forman una banda de punk metal en la que ella es vocalista y él baterista. Podemos observar un poco su rutina, estando de gira juntos y viviendo una vida muy al estilo rockstar de un lado a otro. Si prestamos atención, logramos identificar una especie de dependencia que en inicio no entendemos del todo pero que curiosamente nos parece un tanto romántica y sin explicarnos por qué, nos conmueve. 

Repentinamente “Ruben” empieza a notar que algo extraño está pasando con él, de un momento a otro empieza a dejar de oír y en cuestión de un par de días se intensifica esta situación al grado que Lou tiene que escribirle todo lo que le quiere decir. Ubiquemos a nuestro personaje y a su conflicto. No puedo imaginar algo peor que un músico perdiendo la capacidad para escuchar. Es en este momento en el que la verdadera trama comienza. El proceso de asimilar algo así y empezar a entender que tienes que hacer algo al respecto.  

Seguiremos a partir de ahora el camino de nuestro protagonista lleno de altibajos y momentos que van del coraje extremo al autodescubrimiento que una situación así puede provocar. Aprender y aceptar una nueva vida que no tenía en mente y que probablemente cambiará toda su perspectiva de lo que será un antes y un después.  

No quisiera adentrarme más en la trama de esta maravillosa película para evitar arruinarles cualquier sorpresa. Aplaudo la actuación de Riz Ahmed que nos hace sentir y cuestionarnos la manera en la que podríamos reaccionar si algo así nos llegara a pasar. 

Un drama que va más allá del diálogo y nos guía a través de movimientos, imágenes e incluso el lenguaje corporal de los demás. Un filme que se antoja ver en la pantalla grande por la experiencia visual que a pesar de ser sencilla nos hace cómplices y partícipes en el viaje de este gran personaje. 

No dejen de emocionarse con esta conmovedora historia que, sin lugar a dudas, logra movernos y nos deja con sentimientos encontrados. Recomiendo ampliamente verla con alguien más porque es una de esas películas que te dejará pensando y con ganas de comentar lo que acabas de experimentar como espectador. 

“Lo único que quiero que hagas es sentarte. Sólo te pido que cuando no puedas estar sentado, tomes la pluma y el papel que voy a darte y quiero que escribas. No importa lo que escribas, si está escrito correctamente, o si es sólo un gran desastre. Nadie lo leerá, pero quiero que sigas escribiendo continuamente sin detenerte hasta que sientas que puedes sentarte de nuevo”. 

Sígueme en Instagram como: 

@ingoekobe 

@popcastpop