Vive de tus rentas

Criterios Enrique Acuña González

Si le preguntáramos a un trabajador promedio, de clase media que tan de moda se puso esta semana, es muy probable que sus aspiraciones y metas de vida tengan que ver con una vida más plena, libertad financiera y un trabajo que prácticamente le dé más dinero, sin tener que matarse 10 horas diarias frente a una computadora. Al parecer, es una práctica que es altamente criticada y castigada por nuestro Presidente en turno, pero según datos del INEGI el 43% de la población estaría cayendo en esa categoría y tiene todo el derecho de seguir utilizando los medios que están a su alcance para hacer crecer su patrimonio. 

Si se le pregunta a una persona de clase media que describa su vida ideal, es muy probable que te digan que quiere vivir de sus rentas. Todos hemos tenido esa imagen en la cabeza: salir a hacer ejercicio sin prisas, cuando los gimnasios no tienen gente, tener reuniones en horarios laborales con otras personas que también viven de sus rentas, programar periodos largos vacacionales con la certeza de tener un ingreso a raíz de las propiedades que posees. En resumen, una vida libre del estrés del horario laboral, libre de la sumisión a un jefe impositivo, libre del bajo salario quincenal y las jornadas laborales que te apartan más y más de tus planes personales, familiares y sociales. 

Es por eso que muchas personas comienzan a abonarle a ese arduo camino de libertad financiera, tratando de adquirir propiedades que les puedan asegurar el tan anhelado ingreso sin trabajo: la renta inmobiliaria. Comienzan por buscar alguna propiedad, puede ser una casa, un departamento, un local comercial, incluso una bodega industrial. Luego se dan cuenta de que comprar una propiedad, no es como ir al super y escoger el cereal que quieres desayunar; las propiedades por sí solas tienen un valor elevado. Dependiendo de la ubicación y el tamaño, podrías encontrar opciones desde $500mil pesos y a partir de ahí le puedes sumar todos los millones que gustes. Sabemos que juntar medio millón de pesos no es algo que cualquier mexicano pueda hacer, y para eso se inventaron los créditos hipotecarios. El problema es que con un crédito tardas muchísimo tiempo en pagarlo y además acabas pagando prácticamente el doble de su valor inicial por el cobro de intereses.  

Debemos recordar que el sueño de vivir de las rentas viene desde inicios del siglo pasado. Tan fácil como preguntarles a tus papás sobre la historia de cuando compraron la casa donde viven, y te darás cuenta de que antes era más accesible hacerse de una propiedad. Es más, los créditos hipotecarios como los conocemos no deben tener más de 40 años de existir. Antes tener una hipoteca era señal de crisis económica. No pedías prestado para comprar una casa; lo que hacías era comprar tu casa y en caso de necesitarlo pedías el préstamo con tu casa como aval, lo que se conoce como hipoteca. En la actualidad lo que se hace es pedir prestado para comprar tu casa; ni siquiera es tuya y ya la debes. Esa es la forma en la que funcionan las cosas en la actualidad, y aun así el sueño perdura para mucha gente que desea vivir de sus rentas. Después de todo el planteamiento: ¿Sigue siendo buena opción vivir de tus rentas? 

Primero que nada, tenemos que ser muy realistas y reconocer la situación en la que estamos parados. Debemos saber cuál es el monto con el que queremos vivir, para de ahí poder estimar la cantidad de propiedades que deberíamos tener para cumplir nuestro sueño. Retomando el tema de la clase media, según datos del INEGI y entre muchos otros factores, una persona se considera clase media cuando gana más de $16mil pesos mensuales. Hagamos un ejercicio básico para alguien que quisiera percibir en rentas $20mil pesos.   

En la ciudad de Puebla una propiedad que genere rentas de $20mil pesos cuesta alrededor de $3.5millones de pesos. Tenemos la opción de buscar mejor dos propiedades que nos generen $10mil pesos cada una, pero en total es casi lo mismo ya que estarían costando entre $1.7millones y $2millones de pesos. Para tener ese sueño hecho realidad tendríamos que ser poseedores, en números cerrados, de al menos $4millones de pesos en propiedades. Lo repito para que quede claro: hay que ser PROPIETARIOS, tener el inmueble liquidado sin deudas con el banco. De lo contrario estaríamos usando un crédito para tener una propiedad y rentarlo para amortizar el costo de la mensualidad. Pero ese no es el sueño, y nos va a salir mucho más caro.  

La viabilidad de la renta como ingreso tiene un riesgo muy latente, ya que es casi imposible asegurar el pago de una renta a lo largo de la vida útil del inmueble. Habrá meses en los cuales tus inquilinos se cambiarían de casa, o tendrían problemas económicos y no te pagan. Durante esos meses, si vives de tus rentas, no tendrías ingresos y por lo tanto, dinero para vivir. Entonces tienes la opción de tener una propiedad más que te dé un ingreso de respaldo, o un trabajo de exigencia menor que te genere un ingreso para hacer un ahorro para contratiempos como ese, lo cual no forma parte del sueño en primer lugar, ¿Verdad? 

Afortunadamente estamos viviendo en una era digital en donde vivir de las rentas no es la única forma de generar ingresos pasivos y zafarse del trabajo corporativo hacia la libertad financiera. Haciendo un análisis rápido, hay opciones de inversión que nos podrían dar un ingreso mayor al de una renta. Existen alternativas que ofrecen retornos a partir del 10% anual, con un poco de riesgo claro está, pero es un riesgo menor al de un inquilino que no quiera pagar. Nuestra propiedad de $3.5millones que genera rentas de $20mil mensuales es equivalente a tener un retorno anual del 6.8%. Los números no mienten, invertir con una tasa un poco más atractiva sin tener la carga de pagar prediales, mantenimientos y demás gastos en una propiedad puede ser una mejor opción que tratar de buscar cómo vivir de tus rentas. Tal vez es un sueño anticuado, debemos abrirnos a las equivalencias del nuevo siglo. El sueño no cambia, solo cambia la perspectiva. 

Facebook: Arq. Quique Acuña 

Instagram: @arq.quiqueacuna