El Bello Secreto

Criterios Jaime A. Romano

La famosa avenida 5 de mayo en el centro de la capital Poblana alberga muchos lugares icónicos, el antiguo círculo Español, Woolworth, el Templo de Santo Domingo, la entrada al antiguo mercado de La Victoria y en el número 409 alberga el Museo José Luis Bello y Zetina.  

Desde el atrio del templo de Santo Domingo podemos observar unos toldos verdes bajo el bello trabajo de argamasa, eso es el museo.  

( Vista de las ventanas del museo desde la Avenida 5 de mayo) Foto: Jaime A. Romano 

La entrada a este recinto se encuentra justo sobre la avenida, pero lo que hace a este espacio un secreto es el que no cuenta con un gran letrero que lo identifique como un espacio cultural, un pequeño pasillo que termina en una reja de herrería es lo que conduce a las escaleras que dan acceso al museo.  

Al subir las escaleras se encuentra uno un bello mosaico de talavera con la imagen de uno de los patronos de la ciudad, San José. Lo reciben a uno en el pequeño “lobby” del museo e inmediatamente se le es asignado un guía que acompañará el recorrido por las 10 salas o habitaciones que cuenta. 

Ahora, este espacio solía ser una casa habitación, por lo que los espacios no son amplios, aunque de diferentes dimensiones muchos tienen estrechos pasillos en los cuales el visitante debe tener cuidado para no chocar con las piezas o los cordones que delimitan el paso.  

Así empieza el recorrido en una pequeña estancia donde se aprecian muebles de marquetería de fina elaboración, tanto importados como de la famosísima marquetería poblana que destacó en la época Colonial, algunos cuadros de autores franceses y otros de la escuela o taller de Van Dyck (afamado pintor flamenco activo en el siglo XVII), escenas tanto religiosas como paisajes. De ahí la siguiente puerta nos lleva a una sala que tiene una mesa central donde se encuentra una gran escultura de bronce (la cual se asume tenía una maquinaria de relojería) que representa al dios Zeus, una bella lámina que por un lado tiene la imagen de San Agustín y por el otro lado la imagen de Santo Domingo, esculturas de pequeño formato también. En la misma habitación quizás lo que llama más la atención es un gran cuadro atribuido a Bartolomé Esteban Murillo (pintor español del siglo XVII) donde se representa a San Francisco de Asís, compartiendo este espacio se tienen pinturas de Zurbarán (de igual manera, autor español del Siglo XVII) y muebles estilo inglés, talavera poblana y una peculiar imagen de la Virgen de Guadalupe elaborada en madera por artesanos de Guatemala.  

Quizás las riquezas del museo son incontables, sala tras sala se encuentra uno con bellezas incomparables, un patrocinio de San José en la cabecera de la recámara principal, una acuarela del 1500 en la pared previa al baño, pisapapeles de cristal, hermosos trabajos de Luis Lagarto, bodegones y pinturas del afamado pintor poblano Agustín Arrieta, los hermosos muebles de la sala decorados con concha, las vajillas, la colección de porcelanas chinas… en fin un sinnumero de tesoros que quisiera compartir imágenes de ellas con ustedes, sin embargo, la política del museo no permite tomar fotografías.  

Mi recomendación es visitarlo temprano, ya que por cuestiones operativas no permiten el permanecer mucho tiempo en las salas si hay más grupos visitando el museo, así que para poder disfrutar del gran acervo con el que cuenta es necesario tomarse el tiempo suficiente para apreciar las obras.  

Sin duda es un espacio que quizá no recibe tantos visitantes como otros museos de la ciudad, pero presenta una gran opción para quienes gustamos de apreciar el coleccionismo que se dio en Puebla. 

@JimboRomano