Emprendimiento Femenino

Criterios Vianey Denicia


¿Sabías que México es el segundo país de América Latina, después de Chile, en el que las mujeres tienen mayores oportunidades para emprender? En el papel, las cosas lucen mejor que nunca para las mujeres emprendedoras en México; sin embargo, la realidad es muy diferente.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), solo tres de cada diez Pymes que se abren en nuestro país son encabezadas por mujeres.

De acuerdo a la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresas (AMMJE), las empresas que constituyen las emprendedoras mexicanas están mayormente enfocadas al consumo (62.3%) y, en promedio, contratan menos empleados que los hombres (1.7 empleados vs 1.85 empleados).

Un dato sumamente interesante que aporta la AMMJE es que a pesar de que las empresas lideradas por mujeres suelen ser menos tecnológicas e industriales, 17.8% de ellas ofrecen productos o servicios únicos en el mercado, algo que las hace las más “innovadoras”.

Si hablamos de ganancias, el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección detalla que las empresarias destinan más del 70% a su comunidad y familia, mientras que los hombres sólo inyectan a ese rubro entre 30 y 40% de sus recursos.

Aunque en los últimos años se ha hecho un esfuerzo importante para disminuir la brecha de género en el sector empresarial, la realidad es que aún son muchos los obstáculos que tienen que enfrentar las mujeres para participar de forma equitativa en el mercado laboral y en el mundo empresarial.

Social e históricamente a las mujeres se les ha impuesto la responsabilidad del llamado “trabajo doméstico”, lo cual tiene dos efectos en su incorporación al mercado laboral:

-Disponen de menos tiempo para dedicarlo al trabajo remunerado.

-Las actividades de cuidado del hogar se trasladan cada vez más al ámbito de las actividades productivas.

Para diversos expertos, las desigualdades de género que prevalecen en los mercados laborales de Latinoamérica provocan que las mujeres se ubiquen en trabajos relacionados con el comercio y servicio doméstico, de medio tiempo y con salarios bajos. Sin duda estos roles tienen un efecto negativo en las expectativas profesionales, siendo las mujeres de bajos recursos las que tienen mayores problemas para insertarse al mundo laboral.

Es común escuchar que en México no hay reglamentaciones para conciliar el trabajo y la vida familiar y que son insuficientes las políticas de horario flexible o trabajo remoto. A esto podemos agregar la carga del trabajo no remunerado.

Para poner en perspectiva el tema del trabajo no remunerado hay que comprender que las mexicanas dedican 4 horas diarias más a tareas del hogar y el cuidado de la familia que los hombres. De hecho, la Secretaría del Trabajo calcula que el valor económico del trabajo no remunerado de las mujeres puede alcanzar 4.4 billones de pesos al año.

Es una realidad que para que exista el crecimiento en un país, es vital el empoderamiento económico de las mujeres. La buena noticia es que las emprendedoras mexicanas van por buen camino y siguen cambiando para bien el panorama de los negocios al volverse cada vez más visibles gracias a sus ideas innovadoras y al éxito de sus compañías. Las mujeres son empresarias imparables y con una buena estrategia, podrán acotar cada vez más la brecha de género.

vianey.denicia@criteriodiario.com