Sentimiento de intensa atracción emocional y sexual
Es de los temas más hablado y escrito en todas las épocas, es: El Amor. Todos lo hemos sentido alguna vez en la vida. Los poetas han escrito sobre el, los cantantes le han cantado, y a su alrededor ha crecido toda una industria dedicada a encontrarlo, expresarlo y conservarlo. Pero, ¿qué es el amor?, ¿dónde reside?, ¿qué lo desencadena?, y ¿qué pasa realmente en nuestras mentes y en nuestros cuerpos cuando nos enamoramos “perdidamente”?
Es difícil de definir, el amor romántico abarca el desarrollo de un fuerte vínculo emocional que es el “apego”, la atracción sexual y los cuidados. Los “enamorados” experimentan una serie de sentimientos intensos, como los pensamientos intrusivos, la dependencia emocional y un aumento de la energía, aunque estos sentimientos pueden limitarse a las primeras fases de la relación.
El amor romántico es universal. Ahora bien, el grado en que se expresa constituye una parte importante de la relación sexual.
Cuando nos enamoramos y sentimos amor numerosas regiones cerebrales, en particular las relacionadas con la recompensa y la motivación se activan, por ejemplo cuando pensamos en una pareja romántica o estamos en su presencia, se activan numerosas regiones cerebrales, entre ellas el hipocampo, el hipotálamo y el córtex del cíngulo anterior.
La activación de estas áreas puede servir para inhibir el comportamiento defensivo, reducir la ansiedad y aumentar la confianza en la pareja. Además, se desactivan áreas como la amígdala y el córtex frontal, un proceso cuya función posiblemente sea reducir la probabilidad de la aparición de emociones negativas o juicios sobre la pareja.
El grado de activación cerebral durante las primeras fases de una relación romántica parece que influye tanto en nuestro propio bienestar como en qué medida la relación es un éxito o un fracaso. La felicidad, el compromiso con la pareja y la satisfacción con la relación tienen que ver con la intensidad de la activación del cerebro.
Vamos a agregar una dosis de hormonas que también intervienen en el amor. La oxitocina y la vasopresina son las hormonas más estrechamente asociadas al amor romántico. Las produce el hipotálamo y las libera la glándula pituitaria. Si bien ambas influyen tanto en los hombres como en las mujeres, las segundas son más sensibles a la oxitocina, y los primeros, a la vasopresina.
Las concentraciones de ambas hormonas aumentan durante las fases intensas del amor romántico, actúan sobre numerosos sistemas del interior del cerebro y sus receptores están presentes en diversas áreas cerebrales relacionadas con el amor romántico. La oxitocina y la vasopresina interactúan sobre todo con el sistema de recompensa dopaminérgico y pueden estimular la liberación de dopamina por el hipotálamo.
Creando una sensación placentera gratificante. Esas vías están relacionadas también con el comportamiento adictivo, que tiene que ver con la conducta obsesiva y la dependencia emocional observables normalmente cuando el amor romántico está en su fase inicial. La actividad hormonal puede facilitar o estorbar la formación de una relación estrecha.
Al vivir el amor también se sufre la perdida de el, ya sea por la ruptura, bien por el fallecimiento de la pareja. La pérdida es desoladora pero la mayoría de la gente es capaz de superarla y seguir adelante.
La minoría de personas que viven una pérdida por fallecimiento desarrolla una aflicción compleja caracterizada por sentimientos dolorosos recurrentes y obsesión con la pareja desaparecida. Todos los miembros de una pareja que pasan por un duelo sienten dolor en respuesta a estímulos relacionados con la pérdida Hay quien afirma que en las personas que sufren una aflicción compleja, los estímulos también activan los centros de recompensa del cerebro, lo que produce una forma de compulsión o adicción que reduce su capacidad de recuperarse de la pérdida.
El amor romántico tiene muchas similitudes con el amor materno, las regiones cerebrales que se activan son muy similares
Pocas cosas parecen tan espontáneas como las fases iníciales del “verdadero amor” o del amor que una madre siente por su hijo, pero la realidad es bastante más compleja, un juego de hormonas y complicadas interacciones fisiológicas que lo convierten en una pequeña maravilla del mundo.
Yo creo que todos los seres humanos necesitamos dar y recibir amor a cualquier edad, sentirnos amados, cuidados y protegidos es lo más bello que puede uno sentir. Independientemente de todo lo que se mueve en el cerebro y hormonas el amor es el más bello sentimiento que se puede dar y recibir. Todo ser humano está lleno de amor para dar en cualquiera de sus formas.
Y puedo decir que el primer amor no siempre llega en orden, así que nunca cierren su corazón al amor debemos darnos la oportunidad de amar y sentirnos amados y sentir esa felicidad y ese deseo que solo se siente cuando se tiene un gran amor.
Si sonríen mientras se miran, y no tienen que decirse ni una palabra. Es amor.
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