Decido: ¿pasta dura o pasta blanda?

Angelica Lobato Torres Criterios

Una de las grandes disyuntivas en el mundo de los lectores y libreros es: ¿Qué es mejor: libros de pasta dura o de pasta blanda? Yo soy un poco subjetiva al tema. Odio los libros de pasta dura y hay un motivo en específico: Cuando me dedicaba al acomodo de la sección de niños en la librería, un enorme libro de cuentos, ilustrado y de letra grande; demasiado pesado para cualquier niño y que su motivo de existir es ser un regalo extravagante; por lo mismo, sólo podía acomodarlo en lo más alto del librero, y porque no se me resbala y la esquina cae en mi pie… Obviamente casi me rompe un dedo, tuve un moretón por días y no pude caminar como Dios manda por un par de horas. Además de que nunca pudimos vender el libro ya que la esquina estaba abollada.

Pero hay gente, como mi abuela, que por algún motivo cree que sólo por ser de pasta dura es mejor, tal vez porque antes los todos los libros eran en pasta dura, y en su casa hay libros con más años de los que vivió mi mamá. Y sí, en ese sentido los libros de pasta dura son la opción correcta, pero como todo tiene su desventaja, antes las páginas de los libros se cosían y se pegaban a la pasta de cuero. Hoy en día, la pasta de los libros es solo de un cartón grueso y las páginas van pegadas, por lo que sí es un libro que no se cuida o que se lee más de una vez, las páginas corren el riesgo de despegarse. Para mí, los libros de pasta dura son más para ser coleccionados, como que hay que tener el que se estará por siempre en el librero (más de una vez me enteré de gente que compraba el libro y lo ponía en el librero, sin quitarle el plástico, sin nunca leerlo, pero ¡Ah qué bonito se iba a ver en la colección!) y que se pasará a generaciones futuras y el de batalla.

La pasta blanda es… barata y accesible, sobretodo porque ya es muy raro que una novela sea editada en pasta dura, que no pierden nada en preguntar y hasta podrían encontrar una edición rezagada y de bajo costo. El libro se expande aunque uno lo casi ni abra las páginas. Casi siempre la pasta acaba doblándose de alguna extraña e inexplicable manera. Pero es muchísimo más fácil de transportar y de guardar en cualquier lado.

Extrañamente para mí, un libro que acaba abierto y algo doblado es un libro que cumplió su misión. Un libro todo perfecto después de leerse me parece que no se disfrutó.

Obviamente esto nos lleva a otro tema de los libros, ¿Son ustedes de los que les hacen algo a sus libros? ¿Cuándo compran un libro le compran o le eligen un separador especifico? Se de mucha gente que cree que escribir, subrayar, poner notitas en un libro es pecado mortal, pero ¿Qué más da? A veces frases o datos tienen un efecto importante en el lector. A veces puedes poner un detalle que aprendiste en otro lugar y agregas a lo que dice el libro. Un libro es una joya para cada lector y cada quien decide si tenerla guardada para siempre en la caja fuerte o si se le usa y explota para exprimir hasta la última gota. La decisión correcta es la que ustedes prefieran, yo sólo puedo recomendarles tener cuidado, algunas veces los libros son armas, en el sentido figurado y en el literal.

angelica.lobato@criteriodiario.com