¿Debo o no debo perdonar a quien me hirió?
La palabra perdón tiene muchos significados y sentidos. Significa diferentes cosas para diferentes personas. Pero generalmente implica una decisión de dejar atrás el rencor y los pensamientos sobre venganza. Es difícil dar y pedir perdón, mucho se dice que quien pide perdón es quien más quiere o humilde es. Lo que sí, el perdón, deja atrás los rencores y la amargura. Podría decirse nos permite viajar más ligeros. El perdón es uno de los valores más difíciles de llevar a la realidad, es la acción por la que aceptamos las disculpas del otro si consideramos haber sufrido una ofensa, o si es lo contrario ofrecemos nuestras disculpas…
Desde un punto de vista psicológico, hay consenso en considerar que perdonar consiste en un cambio de conductas destructivas voluntarias dirigidas contra el que ha hecho el daño, por otras constructivas. En las décadas de los setentas se empezó a considerar al perdón como algo terapéutico que ayudaba a muchas personas a liberar cargas psicológicas que los mantenían en necesidad de terapias o ayuda psicológica.
Cuando nos hacen daño la reacción inmediata y lógica es ir contra quien nos lo hizo; pero esta reacción lógica y natural tiene sus problemas. A corto plazo, tratas de impedir que el daño continúe; pero si la acción sigue por mucho tiempo, Esto te daña en diferentes aspectos psicológicos y físicos.
El perdón se lleva en un proceso que no implica el abandono de la búsqueda de la justicia ni de dejar de defender tus derechos, solamente se trata de no buscar en ello un desahogo emocional, que implique que la búsqueda de la justicia se convierta en el centro de tus acciones y que dificulte tu avance en otros de tus intereses, objetivos y valores. Es una forma de presentar que el perdón es terapéutico, resaltando los procesos psicológicos que subyacen y los beneficios personales que tiene ejercerlo. De esta forma, se ven los efectos que tiene perdonar, dejando a un lado las connotaciones religiosas sociales, etc. que tiene la palabra perdón y que pueden hacer difícil entender que puede ser un proceso terapéutico. Perdonar es un elemento relativamente nuevo en la terapia, aunque sus efectos positivos en la persona son importantes.
Qué es el perdón. Hay consenso en considerar que perdonar consiste en un cambio deconductas destructivas voluntarias dirigidas contra el que ha hecho el daño, por otras constructivas. (McCullough, Worthington, y Rachal, 1997).
Algunos consideran que perdonar no solamente incluye que cesen las conductas dirigidas contra el ofensor, sino que incluye la realización de conductas positeivas.
Es preciso dejar de pensar en las conductas destructivas; pero dejar de pensar en algo voluntaria y conscientemente lo único que consigue es incrementar su frecuencia. En consecuencia, para perdonar, es preciso comprometerse, por el propio interés, con el pensamiento de querer lo mejor para esa persona, aunque sea solamente que recapacite y no vuelva a hacer daño a nadie o deseando que le vaya bien en la vida.
Si el proceso de perdón se hace adecuadamente, se modificarán en consecuencia, los sentimientos hacia el ofensor. Algunos autores consideran que son los sentimientos los que originan las conductas, desde la terapia de aceptación y compromiso se parte de que los pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones no condicionan obligatoriamente la conducta y que lo importante es la modificación de la conducta, que finalmente llevará a un cambio en los pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones. Por eso, perdonar esuna conducta libremente elegida de compromiso y determinación
El perdón noesun acto único que se hace en un momento dado, esun procesocontinuo que se puede ir profundizando y completando a lo largo del tiempo.
El primer paso consiste en dejar de hacer conductas destructivas abiertas y explícitas (como cesar de buscar venganza o justicia, quejarse a todo el mundo, etc.) o encubiertas e implícitas (como desear conscientemente mal al agresor, rumiar el daño que se ha recibido, etc.).
El segundo nivel es hacer conductas positivas hacia él. Completando el perdón, si hay respuestas positivas por el perdonado, se puede llegar a restaurar la confianza en el agresor.
Si el daño que se ha recibido trasciende el hecho emocional de sentirse injustamente tratado y lo único que se va a conseguir del otro es una compensación emocional, el perdón está plenamente indicado. También, cuando la búsqueda de la reparación se ha convertido en el centro de la vida del ofendido o interfiere con el seguimiento de otros valores, el perdón le permitirá poner distancia emocional para tener en cuenta todos los valores que está dejando de atender. Hay que tener en cuenta que no se trata de ponerse en riesgo de que el daño se pueda volver a repetir.
Las etapas del perdón debemos tenerlas identificadas cuando estamos en el proceso de perdonar.
Primera etapa: análisis y reconocimiento del daño sufrido
El proceso comienza en la fase de análisis de lo ocurrido, incluyendo en ella el reconocimiento del daño que se ha recibido.
Segunda etapa: elegir la opción de perdonar
El perdón para la víctima es una buena opción, en cualquier caso. El no perdonar a alguien nos coloca en una situación permanente de sufrimiento.
Pero no es la opción de no sufrir lo que justifica una elección, sino una opción basada en los valores de la persona
Tercera etapa: aceptación del sufrimiento y de la rabia
El perdón no supone que se rechacen y esté mal tener sentimientos de rabia, de ira o deseos de venganza, aunque a algunos pueda parecerles que el perdón lo implica.
Si se ha elegido la opción del perdón, para llevarlo a cabo es preciso aceptar, en el sentido expuesto, los pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones.
Cuarta etapa: establecer estrategias para autoprotegerse
El perdón no implica la aceptación incondicional del peligro de que ocurra de nuevo el ataque. En el análisis de lo ocurrido hay que incluir también la consideración de cómo los comportamientos de la víctima que han podido permitir o favorecer la ofensa.
Quinta etapa: una expresión explícita de perdón.
Es un paso importante, aunque algunos pacientes puedan pensar que es solamente simbólico y vacío de contenido. Se pueden articular muchos ritos o maneras hacerlo. Esta acción explícita no es el final del proceso de perdón, sino la oficialización del inicio. Hay que tener en cuenta que es preciso volver a repetir el proceso siempre que sea necesario.
El que nos ha ofendido no es plenamente consciente del daño que ha hecho y del sufrimiento que está teniendo su víctima. El proceso de reconocerlo supone un acercamiento profundo al otro, con comprensión y empatía, y un establecimiento de una comunicación que no se basará en disculparse o evitar las consecuencias o el castigo por lo que ha hecho. Esto permite al otro expresar su sufrimiento de forma plena.
El perdón es un proceso largo y que requiere de mucha fuerza de voluntad y olvido para poder darlo.
Olvida y perdona
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