“Son expresiones de este poder creador de la voluntad el arte, la moral y todas las actividades donadoras y creadoras de sentido. La voluntad de poder en el hombre es la creadora de valores, es la constructora de teorías, de ficciones, de obras de arte (hasta el idealismo es una creación de la voluntad de poder). Ciencia, arte, moral son productos de la voluntad de poder, en cuanto que, a través de ellos, las fuerzas que constituyen a cada hombre se desarrollan, crecen y sobre todo se superan a sí mismas”
Friedrich Nietzsche
Seguimos hablando del emperador francés, una de las personas más influyentes en la historia del mundo y cuya personalidad y estilo de ejercer el poder han generado miles de páginas, historias, mitos y obras de arte gracias a la personalidad fascinante del emperador francés.
Como se mencionó en la entrega pasada, Napoleón consideraba que el poder radica en la apariencia del poder, que a veces es más importante lo que se ve a lo que realmente es, lo que también tenían claro sus enemigos, sobre todo aquellos que lograron vencerlo y que querían mostrarle a su pueblo y al resto de Europa que fueron capaces de vencer al poderosísimo Napoleón Bonaparte.
En España, Francisco de Goya pintó el 2 de mayo y el 3 de mayo, dos de sus principales obras y que al día de hoy son de las más visitadas y valoradas del Museo del Prado (y eso es mucho decir) para celebrar cuando el pueblo español, no el ejército ni la corona, sino el pueblo se levantó en armas para resistir la invasión francesa al grito de mueran los franceses. El mismo Goya refirió que la intención era “perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa”.
En Rusia, luego de que el Zar de todas las rusias, Alejandro I, tomara la compleja decisión incendiar su capital para repeler la invasión de Napoleón a Rusia, lo que le generó al ejército francés casi medio millón de bajas y se considera el inicio del declive del emperador, Chaikovski, por encargo del Zar Alejandro II, compone la Obertura de 1812, una de las piezas musicales más famosas del mundo que se ha utilizado en innumerables eventos y películas por ser el soundtrack perfecto de un momento épico, desde el la celebración de la Independencia de Estados Unidos hasta Los Simpson. Desde luego yo utilicé esta pieza también para hacer explotar la Corte de Londres.
En Inglaterra, se erigió en 1840 una obra arquitectónica impresionante: La Columna de Nelson, un monumento de más de 40 metros de altura para conmemorar la derrota de la marina inglesa a la marina napoleónica y española a manos del Almirante Horatio Nelson, en la que el Almirante mira al Palacio de Westminister y se ubica en una de las partes más emblemáticas de la capital inglesa. Napoleón perdió en la Batalla de Trafalgar, más de 12 mil soldados entre muertos, heridos y capturados y Francia nunca logró la invasión a Inglaterra.
Los enemigos de Napoleón sabían al igual que el emperador francés que el poder se tiene que ver para hacerse real y que vencer a Napoleón era digno de presumirse pero al mismo tiempo, una manera de mostrarle a su pueblo y a el resto de los países europeos que ni Napoleón podría con sus ejércitos o con sus pueblos, era un modo de crear nacionalismo alrededor de quien gobierna. Se trata del poder creando arte.
