¿Dónde están mis lentes?

Angelica Lobato Torres Articulos Criterios

Una de esas cosas extrañas que ha causado el asqueroso calor en el que estamos viviendo, es que el dormir es complicado y uno puede pasar un par de hora sin conciliar el sueño. Ahora es muy fácil estar en el celular y dejar que el estar vagando en las redes sociales haga que el tiempo pase sin que nos demos cuenta; yo intento leer, ya sea en un libro físico o una lectura corta en mi teléfono, para lograr quedarme dormida sin darme cuenta, pero no hay noche en que no me haga la siguiente pregunta ¿Dónde deje mis lentes?

Mi ceguera es hereditaria y espero que ya no siga aumentando, aunque eso dependerá de lo que la genética decida; no hay para donde correr, pero no me importa, mis lentes, ya sean los de armazón o los de contacto son parte de mí y a menos que la situación se ponga muy compleja, no me operaria.

Cuando uno piensa en libros y el no poder ver claramente llega un título: “Ensayo sobre la ceguera” de José Saramago; sí, el personaje principal pierde la vista sin motivo alguno y de un momento al otro; poco a poco esta ceguera se va dando en muchas personas, como una pandemia que va aislando a los que la sufren, bueno, ya todos sabemos cómo funciona este asunto y por eso creo que ahora que vivimos “la covija” podemos ver esta historia un poco mas cercana a nuestra realidad. Las cosas se descontrolan, los que pueden ver se hacen “poderosos” y los enfermos quedan desamparados.

Pero ahora el “abrir los ojos” va más allá de ver lo que está nuestro alrededor y de darnos cuenta de que vemos mas allá de la información que nos dan los ojos. Por ejemplo “Amarse Con Los Ojos Abiertos” de Jorge Bucay y Silvia Salinas donde nos dicen que el amor no debe ser ciego. Nos dicen que el verdadero vínculo amoroso, el más profundo y duradero, solamente surge cuando estamos dispuestos a abrir los ojos y ver al otro tal cual es y no como quisiéramos que fuera o como nos imaginamos que debería ser.  Es importante ver la realidad y no dejarnos cegar por lo que vemos a primera vista o por lo que imaginamos que vemos.

Otra forma de ver es conocer por medio de imágenes lo que no tenemos forma de ver en vivo. “El Mundo En Mis Ojos” de Steve Mccurry es un compilado de 100 imágenes tomadas alrededor del mundo, la mas conocida “La niña afgana” una jovencita con un manto rojo y penetrantes ojos verdes, a mi parecer sus ojos dicen miles de palabras y transmiten muchísimos sentimientos.
McCurry viajo a India y cruzó la frontera hacia Pakistán. Las imágenes de McCurry fueron unas de las primeras que mostraron al mundo la brutalidad de la invasión rusa que ahora vemos con facilidad por medio del internet, brutalidad a la que ya estamos “acostumbrados”.

Pero mi favorito siempre será el tercer ojo, el de la intuición, que no nos da imágenes sino sentimientos o “realidades espirituales”, a percibir todo lo que está a tu alrededor y las vibras; mi mamá decía que había que dar pequeños golpecitos con el dedo en el tercer ojo, que está en la frente entre los dos ojos, cuando me estuviera enojando para que mi mente se abriera y no me dejara llevar por la furia, a veces funciona, a veces no, pero no puedo negar que creo que confió mas en lo que la intuición me dice que en lo que las personas dicen o dejan ver. “Despertar Del Tercer Ojo, El. Accede Al Conocimiento La iluminación Y La Intuición” de Susan Shumsky nos dice como desarrollar el ojo interior de sabiduría, conocimiento, iluminación e intuición.

Nuestros ojos se desgastarán inevitablemente, el teléfono, la televisión, la ceniza, el sol… no hay escapatoria… sólo habrá que mejorar la memoria para nunca olvidar donde quedaron los mentados lentes.