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Todavía nos faltan 43

Articulos Criterios V de Vendetta

La desaparición forzada es un delito de lesa humanidad reconocido por el derecho penal internacional, uno de mis maestros decía que es uno de los crímenes más dolorosos y reprochables. Sin embargo, cuando se le pone caras, nombres, apellidos e historia, es un delito que lastima y ofende. Se trata de una herida que nunca cierra, el sólo hecho de imaginar la incertidumbre de no saber de un ser querido.

La Noche de Iguala pasó a la historia como uno de los hechos más dolorosos e indignantes que han sucedido en México en tiempos actuales: el día en la que 43 estudiantes desaparecieron a manos de la Policía Municipal de Iguala, a la vista de la Policía Federal y el Ejército Mexicano.

Se trató de un suceso que no se pudo resolver con el encarcelamiento del Alcalde y su esposa, la renuncia del gobernador del estado ni el encarcelamiento del fiscal responsable de la investigación. El gobierno construyó versiones que resultaron confusas y a los ojos de muchos de nosotros, fue un engaño que tuvo la intención de calmarnos para mitigar las consecuencias políticas de un hecho tan indignante para la mayoría de los mexicanos.

El nuevo gobierno prometió encontrar las respuestas ante éstos hechos y hacer justicia, cosa que no ha sucedido, muchos de los funcionarios de policía y gobierno mantienen sus cargos, las personas que fueron torturadas en la investigación inicial siguen encerradas, los proceso siguen abiertos y las protestas siguen en la calle.

A éstas alturas, los jóvenes desaparecidos ya habrían terminado la carrera y muchos de ellos estarían ejerciendo como maestros, sus padres habrían podido celebrar sus graduaciones y la obtención de sus plazas, sin embargo siguen marchando con los pocos recursos que tienen y con la aspiración de saber qué pasó con sus hijos.

Existen muchísimas especulaciones acerca de qué pasó con los jóvenes como el tráfico de heroína o simples abusos de la Policía Municipal, sin embargo la única certeza es que el Estado era cómplice del crimen organizado y que 43 jóvenes fueron víctimas de dicha complicidad.

Hay libros, reportajes, documentales, noticias, investigaciones que incluyen grupos nacionales e internacionales intentando dar respuestas, nadie lo ha logrado.

A 10 años, Ayotzinapa sigue doliendo y todavía nos faltan 43.