Hanal Pixán, el Día de Muertos tradicional de los mayas que persiste en el tiempo

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La diversidad de prácticas culturales el Día de Muertos en México se debe en gran parte al sentido de pertenencia en cada región, particularmente relacionada al legado histórico de los pueblos originarios, la colonización e incluso de las interpretaciones modernas de las mismas. En ese sentido, los mayas han mantenido creencias y rituales relacionados con la muerte, fundamentales de su cosmovisión tradicional, gracias a la herencia entre generaciones.

La muerte desde la antigüedad es vista como una transición a otra forma de existencia más que como el fin de la vida en sí. Los mayas creían que la vitalidad y energía de la humanidad estaba formada por el pixan, alma en maya, otorgada por los dioses al ser humano desde el momento de su concepción que, al ocurrir la muerte física, le permitiría ser el medio para viajar hacia el inframundo.

Aunque los antiguos mayas no celebraban un día específico dedicado a los difuntos de la misma manera que el Día de Muertos en la actualidad, su conexión espiritual a través de los rituales funerarios reflejan de igual forma una profunda comprensión y respeto por el ciclo de la vida y la muerte.

Hanal Pixán, que significa “comida de las almas”, es la celebración tradicional de la muerte entre las comunidades mayas de México en la península de Yucatá, se realiza entre 31 de octubre y el 2 de noviembre y, tiene sus propios elementos peculiares que reflejan la rica herencia cultural del pueblo originario.

La preparación de esta festividad comienza días antes, la comunidad llena de decoraciones las tumbas de sus seres queridos. Se colocan altares, a diferencia de la tradición en la mayor parte del país, estos consisten en una estructura de tres niveles que representan el inframundo, el mundo terrenal y el supramundo y no en siete niveles como el camino a la tierra de los muertos. Además, se colocan en las ofrendas siete montones de trece tortillas cada uno, simbolizando uno de los tres principales calendarios maya, el Tsol k’iin de 260 días, una  ofrenda en honor a los 13 dioses del Óoxlajuntik’uj y a los nueve del Bolontik’uj, elementos claves del equilibrio entre la tierra y la humanidad.

La comida juega un papel central en la celebración, especialmente en las ofrendas, ya que incluyen platillos tradicionales mayas como el mucbipollo, una especie de tamal de gran tamañao cocido bajo tierra, y el xec, una ensalada de frutas con miel, así como una variedad de productos de la región como la yuca y el camote.

Hanal Pixán es una celebración única que destaca la rica herencia cultural de las comunidades mayas en México. A través de sus rituales, alimentos y altares, la festividad ofrece una ventana a las creencias espirituales y la conexión profunda que los mayas mantienen con sus antepasados. No solo es una ocasión para recordar a los muertos, sino también para celebrar la vida y la continuidad de la cultura maya a lo largo del tiempo.