José Agustín murió hace unos días y nos dejó historias que nos hicieron sentir y pensar; ver algunas realidades desde distintos ojos, reflexionar sobre nuestra condición de vida y la historia de México; habló de criaturas míticas que salían de la pirámide que está en la punta del Tepozteco en Tepoztlán, nos enseñó acerca de las juventudes en México en los sesenta con historias reales que parecían novelas de ficción y sorprendió a todo el país publicando La Tumba a los 20 años de edad: la historia de un joven élite en México que quiere ser escritor y siente mucha la apatía por la vida, comete excesos, des obligaciones e inmoralidades para la época.
Pero, a mis ojos, su mayor aportación fue su modo de ver al poder con sus tragicomedias mexicanas, una serie de 3 novelas que narran la vida política, social y cultural de México desde los 40´s hasta el periodo presidencial de Carlos Salinas, cómo fue evolucionando el poder, de que hablaba la gente y qué consumía, cómo se intentaba orientar la opinión pública y cómo reaccionaba la ciudadanía.
José Agustín fue capaz de lograr describir acertadamente la relación entre la cultura y la política, de reflejar la complejidad de los comportamientos sociales.
Las tragicomedias 1, 2 y 3 también ayudaron a deshacer mitos y quitarle la “santidad” a algunos actores políticos que se quedaron con buena fama como Cuauhtémoc Cárdenas, cuyo periodo como Gobernador de Michoacán el autor lo redujo a un festival de poesía como su único triunfo al frente del gobierno; o a Luis Donaldo Colosio, a quien describía como “el hombre del afro”, quien garantizaba la continuidad del viejo PRI y del salinismo, pero que tenía un carisma enorme; también describiendo el impacto real de algunos personajes sociales como Marcos, super barrio, o narrando como poca gente la “divertidísima” huelga de hambre de Carlos Salinas cuando su hermano fue encarcelado.
José Agustín, sin ser académico ni politólogo realizó una de las mejores crónicas y que mejor han descrito a México, ayudó a entender cómo somos y a dónde vamos por medio de un análisis sarcástico y ácido pero atinado; hizo que conociéramos a México desde sus procesos y sus tragicomedias son uno de los análisis sociopolíticos más atinados que hay; nos hizo entender cómo somos y por qué.
